La pandemia ocasionada por el Covid-19 está causando estragos a nivel mundial, no solo en materia de salud, sino también en la actividad económica. El gran confinamiento de la población ocasionó una fuerte contracción en el consumo y el paro de las actividades del sector industrial provocó una parálisis en la producción de bienes. En ambos casos se perjudicaron miles de empresas y se perdieron miles de empleos. La clave después de la crisis será la recuperación económica y su rapidez. Lo anterior depende de las acciones de los gobiernos para proteger a las empresas y los empleos.
Las medidas que implementó EUA fueron duales, tanto monetarias como fiscales. Por el lado monetario, la Reserva Federal disminuyó la tasa de interés objetivo hasta dejarla en un rango mínimo de 0 a 0.25 por ciento. Estas medidas están encaminadas a proveer de liquidez al sistema financiero y económico con el fin de fomentar el consumo y el gasto en general para estimular a la demanda agregada. Por otro lado, se implementaron medidas fiscales para ayudar a los desempleados y ayudar a las empresas a solventar problemas de liquidez, sobre todo los relacionados con el gasto de nómina. Estos apoyos representan alrededor de 18 por ciento del PIB.
En México, el Banco de México continuó recortando la tasa de interés objetivo hasta ubicarla en cinco por ciento anual. Además, la autoridad monetaria estableció 11 medidas para proveer de liquidez y fomentar el crédito hacia las Pymes. Sin embargo, los apoyos fiscales apenas representan 0.7 por ciento del PIB y han sido insuficientes para detener el cierre de miles de empresas.
El resultado en ambos países es contrastante. En el segundo trimestre del año, donde se percibió el impacto total del confinamiento, la economía de EUA se contrajo 34.3 por ciento (trimestral anualizado) comparado con una disminución de 53.2 por ciento en México. El índice de gerente de compras, ISM por sus siglas en inglés, reporta tres meses consecutivos en expansión en los Estados Unidos. En México, los indicadores del IMEF se mantienen en contracción y ligan 14 meses en zona de contracción. Por último, en EUA se crearon 4.3 millones de empleos en junio y 167 mil en julio. En México, se perdieron 900 mil empleos en junio y 27 mil en julio.
Así, los apoyos fiscales y monetarios son esenciales para la recuperación y reactivación de la economía. En EUA se está pensando en aumentar los apoyos para prevenir que más empresas cierren y proteger los empleos. En México, parece que no habrá estos apoyos lo que provocará problemas serios de desempleo estructural de largo plazo, y lo más grave del incremento de la pobreza en el país.
El argumento oficial es no endeudar al país, sin embargo, no hacerlo podría elevar aún más el nivel de endeudamiento en el futuro. El cierre de empresas y la pérdida de empleos perjudicará la recaudación tributaria de ISR y el IVA en un entorno donde Pemex reporta pérdidas históricas.
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