Las elecciones electorales en los Estados Unidos están muy cerradas y es difícil pronosticar el ganador en estos momentos. Sin embargo, hasta ahora es probable que resulte victorioso Joe Biden del partido de los demócratas. Este resultado le daría un giro de 180 grados a la política económica estadounidense y global. Para México, la relación comercial tan estrecha y cercanía geográfica es muy importante para su economía.
A diferencia de las políticas proteccionistas de Donald Trump, Joe Biden está a favor de una mayor integración comercial global. En la administración de Barack Obama impulsaron la creación del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP) en el pacífico. De retomar este rumbo las relaciones diplomáticas entre la región asiática y EUA podría beneficiarse.
Para México, podría incidir adversamente en la atracción de empresas asiáticas hacia el país aprovechando el TMEC. Sin embargo, en el largo plazo se observarían beneficios económicos globales a través de la reactivación del libre comercio internacional.
Joe Biden tiene un plan de infraestructura muy ambicioso que detonará a la inversión doméstica que tendría externalidades positivas para México. Una parte importante de los insumos manufactureros en EUA provienen de México. Además, se beneficiarán trabajadores mexicanos que viven en el vecino país y podría atraer mano de obra mexicana.
La política de inmigración de Biden es más amigable para los trabajadores indocumentados. Primero, estaría dispuesto a otorgarles permisos de trabajo y hasta posible ciudadanía. Segundo, le daría acceso a seguridad social, sobre todo en materia de salud.
Finalmente, Biden espera incrementar el salario mínimo de 7 a 15 dólares por hora lo que beneficiará a los trabajadores de salarios bajos. Lo anterior podría aumentar de manera sustantiva el envío de remesas hacia el país.
Considerando el TMEC, es probable que los demócratas sean más estrictos con los apartados laborales con México. El tratado considera que el 40 por ciento de los procesos productivos del sector automotriz se paguen a 16 dólares la hora (el promedio histórico es de 2 a 4 dólares la hora). Además, se incrementó el contenido regional en alrededor de 10 puntos porcentuales. Sin embargo, la esencia del tratado continuará sin problemas ya que es benéfico para los tres países.
Finalmente, la política energética de EUA comenzará un proceso de migración de energías fósiles a renovables. En un entorno donde las energías verdes cada vez son más baratas le daría un impulso importante a la inversión en este sector. En México, será importante observar el impacto de este giro ya que la apuesta actual es por las energías fósiles.
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