El peso mexicano ha sido una de las monedas que más se ha apreciado este año en gran medida como resultado del influjo de inversiones en cartera. El motivo principal es el alto rendimiento que paga la deuda soberana comparado con sus pares en otras regiones emergentes. La tasa de interés real, la diferencia entre la nominal y la inflación es de las más altas en el mundo, contrastando con tasas de interés reales negativas en países desarrollados.
Otro factor que está ayudando a la apreciación del peso ha sido el nivel histórico de remesas que han entrado al país. Los últimos datos acumulan alrededor de 36 mil millones de dólares en los últimos 12 meses. Esto es resultado del buen dinamismo de la economía de los Estados Unidos aunado al temor de la deportación de muchos trabajadores indocumentados. Por último, destaca la fuerte entrada de divisas extranjeras, sobre todo en dólares, resultado de las exportaciones de bienes primarios.
Si bien, la apreciación del peso son buenas noticias para el país, no se debe a factores estructurales. Es decir, el futuro del crecimiento de la economía y los prospectos a futuro no están atrayendo inversiones extranjeras. De hecho, la economía probablemente decreció en 2019 y para este año los analistas sugieren un crecimiento de solamente uno por ciento anual (que considero optimista).
Además, si bien las finanzas públicas parecen estar sujetadas de un hilo ya que el superávit fiscal primario que se obtuvo en 2019 fue resultado del uso del FEIP (fondo de ahorro que dejó la administración pasada) en un entorno de una fuerte disminución de la recaudación del ISR y el IVA. Para este año, de seguir la tendencia de bajo crecimiento económico, las finanzas públicas se verán comprometidas.
Los factores del crecimiento y las finanzas públicas pueden resultar en una muy probable reducción en la calificación crediticia del país. Si a esto le añadimos el factor Pemex pareciera que la decisión de las calificadoras será inminente. El valor presente neto de refinar gasolinas en el país es negativo.
Así, el rendimiento positivo del peso puede revertirse en cualquier momento si a) la economía no crece, b) las finanzas públicas comienzan a presionarse y c) si continúan las pérdidas de Pemex. La conclusión de esto es que el hecho de que el peso esté apreciándose no está relacionado con la economía real y solo es especulativo.
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