Monterrey

Jesús Garza: El petróleo, la OPEP y México

La economía nacional se verá afectada principalmente por las finanzas públicas.

Recientemente la OPEP, liderado por Arabia Saudita, decidió aumentar drásticamente la producción de petróleo reduciendo sustancialmente el precio del crudo. La razón fue un desacuerdo en el recorte de producción por parte de Rusia que provocó una reacción adversa del país árabe. Existen temas geopolíticos involucrados como el hecho de que Rusia ha apoyado a Irán, país que es enemigo del reino saudí.

Así, al anunciar el incremento en la producción de crudo los precios del petróleo se desplomaron. El WTI amaneció el martes en niveles cercanos a 30 dólares por barril desde un nivel de 70 hace apenas un par de meses. El impacto claramente es divergente, mientras ayudará a los países importadores neto de petróleo, perjudicará a los exportadores.

Para Arabia Saudita las noticias no son tan alentadoras. Primero, porque el país árabe se encuentra en una situación económica frágil y su principal ingreso se reducirá. Segundo, porque Aramco, la empresa petrolera saudí recientemente salió al mercado y hasta el 20 por ciento de la población de ese país se endeudó para comprar sus acciones, no estarán muy contentos con una caída en el precio de esa acción. Por último, porque la siguiente reunión de la OPEP será en junio y es probable que los demás países ejerzan presión para recortar la producción de nuevo.

Sin embargo, en el corto plazo veremos varios impactos relevantes para México. El primer choque fue una depreciación del tipo de cambio. El peso mexicano llegó a niveles de 21 pesos por dólar, principalmente, por la posible reducción en los ingresos petroleros de Pemex. La empresa productiva del estado ya había reportado pérdidas de 92 por ciento mayores que en 2018 y la caída en los precios provocará una reducción en los ingresos de la empresa productiva del estado. Esto en un entorno donde la empresa está en la mira de las calificadoras por su alto endeudamiento y por sus pérdidas millonarias.

Así, es probable que la economía nacional se vea afectada principalmente por las finanzas públicas. De hecho, para la economía real la producción de petróleo ya no es tan relevante, las exportaciones petroleras representan el seis por ciento del total versus 33 por ciento de las automotrices. La probable reducción de los ingresos petroleros se da inclusive con las coberturas petroleras que solo cubren parcialmente la plataforma de exportación del crudo del país.

Así, las finanzas públicas se verán presionadas en un entorno donde la actividad económica es probable que sea cercana a cero o incluso negativa por los efectos indirectos relacionados con el coronavirus. Sin una propuesta racional para obtener mayores recursos será inminente un recorte en la calificación crediticia del país. El presidente ya anunció que no habrá reforma. Lo que viene es muy obvio.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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