Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó los datos del PIB para el primer trimestre del año. El PIB decreció 2.2 por ciento en su comparativo anual destacando la fuerte caída del sector secundario (-3.5 por ciento anual). Asimismo, el sector terciario se contrajo 1.2 por ciento. Por el lado positivo, el sector primario avanzó 1.1 por ciento anual si bien este sector representa menos del cinco por ciento del PIB.
Al interior del PIB se observa que el sector manufacturero continuó con su tendencia a la baja, reportó una tasa de crecimiento de 1.5 por ciento en el cuarto trimestre del año, cifra que se deterioró en el primer trimestre de 2020 (-2.9 por ciento anual). Hacia adelante esperamos un agravamiento de las tasas de crecimiento por dos choques muy distintos, de oferta y demanda. Estos acontecimientos pudiesen generar que el país entrase en estanflación, es decir, alta inflación y recesión económica.
El choque de oferta está relacionado con la disrupción del sector productivo, tanto nacional como internacional, que, al reducir la oferta de bienes intermedios o finales, los encarece. Este primer choque reduce el crecimiento y aumenta los precios. En México este choque proviene principalmente del sector manufacturero.
El segundo choque es por el lado de la demanda y está muy relacionado con el confinamiento de la población y la pérdida de empleos. En este choque se reduce la actividad económica y también los precios relacionados con esta disminución en el consumo.
Ante estos dos choques es importante analizar los datos del crecimiento de la inflación. El crecimiento liga su cuarto trimestre en territorio negativo, es decir, la economía está en recesión y se espera que se profundice a partir del segundo trimestre del año. Por otro lado, la inflación si bien se mantiene bajo el rango de variabilidad del Banco de México, comienza a elevarse. La inflación en la primera quincena de mayo se ubicó en 2.83 por ciento de 2.15 por ciento en el mes de abril, pero más importante es analizar la inflación subyacente.
Esta última se aceleró y se ubicó en 3.76 por ciento anual, destacando la alta inflación de los alimentos, bebidas y tabaco (+6.54 por ciento). De hecho, la inflación de las mercancías supera el rango superior de tolerancia de Banxico (4.45 por ciento). Es probable que la inflación continúe con una trayectoria ascendente aún y con la desaceleración de la demanda agregada, es decir, un episodio de estanflación. Esto ocurre cuando el choque de oferta es mayor al de la demanda, pero también en este caso por la persistente depreciación del peso que encarece las importaciones de bienes intermedios.
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