La empresa productiva del estado, Pemex, reportó pérdidas de 44 mil millones de pesos en el segundo trimestre del año después de haber reportado una pérdida histórica de 562 mil millones de pesos en el primer trimestre. En lo que va del año la deuda de Pemex ha aumentado en 25 por ciento y actualmente representa el 20 por ciento del endeudamiento público y 50 por ciento de la deuda externa.
Este nivel de endeudamiento no es sostenible y las calificadoras han argumentado que México podría perder el grado de inversión de continuar las pérdidas de la empresa productiva del estado. La mayoría de los analistas estiman que el país podría perder el grado de inversión en un periodo máximo de dos años. Las calificadoras ya redujeron el rating de la petrolera a bono chatarra y de seguir la situación financiera de esta manera repercutirá en la calificación soberana.
Hacia futuro no se ve un cambio de rumbo en estrategia de la petrolera. La refinación en México tiene altos costos por lo cual resulta más económico importar las gasolinas de EUA. Aún así, el gobierno planea reactivar todas las refinerías y construir una nueva con un costo aproximado de nueve mil millones de dólares. Comprar una refinería en Texas costaría 400 millones de dólares.
Por otro lado, el gobierno inyecta de manera recurrente recursos a Pemex para solventar sus pérdidas. El año pasado se destinaron 100 mil millones de pesos del Fondo de ahorro FEIP y este año en el primer trimestre del año el gobierno aporto 1.3 mil millones de pesos más. Los fondos del FEIP se han reducido en más del 70 por ciento.
Para no perder el grado de inversión en gobierno federal debe blindar sus finanzas públicas a través de una reforma fiscal. La recaudación en el país es baja, representa cerca del 16 por ciento del PIB, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE (34.3 por ciento). La incorporación de los trabajadores y empleos informales al sistema tributario sería la clave a través de un impuesto indirecto generalizado. Además, se debe abrir Pemex al mercado para darle más transparencia y eficiencia en sus operaciones. Petrobras en la época de Lula Da Silva lo hizo, vendiendo acciones en el mercado, de manera exitosa.
Todavía estamos a tiempo de tomar medidas para prevenir la reducción de la calificación crediticia del país, pero se debe actuar rápidamente. Resulta indignante que no haya apoyos a las Pymes en esta crisis (representan menos del uno por ciento del PIB), pero sí para Pemex que solo pierde dinero. No solo eso, sino que los recursos que se inyectan y se pierden en Pemex provienen de nuestros impuestos.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad única de quien la firma y no hay que hacer que la postura editorial de El Financiero.