Los últimos datos de finanzas públicas que anunció la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) muestran una fuerte caída en los ingresos en el mes de mayo. En ese mes, los ingresos totales cayeron 3.1 por ciento real anual. Los ingresos petroleros se contrajeron 47.3 por ciento anual mientras que los tributarios disminuyeron 14.6 por ciento. Al interior, tanto la recaudación del IVA como el IEPS cayeron en 36.5 y 26.7 por ciento, respectivamente. En contraste, los ingreso por ISR aumentaron 2.2 por ciento real anual. Así, se estima ahora que los requerimientos financieros del sector público aumenten de 44.8 a 52 por ciento del PIB.
Si bien el mes de mayo proyecta los problemas fiscales por el Covid, el panorama hacia futuro no es nada alentador. La pérdida de miles de empresas, se estima que alrededor de 500 mil Pymes cerrarán, y de empleos provocarán caídas más pronunciadas de recaudación para el gobierno federal. A este escenario hay que incluir la fuerte contracción de los ingresos petroleros, en el primer trimestre del año Pemex perdió 560 mil millones de pesos, el monto de la pérdida total de 2019.
Así, sin una reforma fiscal que provea de más recursos a la federación es muy probable que se incumpla la meta de superávit fiscal primario y se termine aumentando el endeudamiento nacional. Las calificadoras han mencionado que la falta clara de apoyos a las Pymes no solo provocará caídas importantes en los ingresos federales, sino que contribuirán a una muy lenta recuperación económica. El consenso de los principales analistas económicos espera una recuperación tipo U prolongada donde el PIB recuperaría su nivel de 2019 hasta 2024 o 2025.
En este contexto me queda claro que la pregunta no es si le bajarán la calificación crediticia al país sino cuándo. Pronto Pemex reportará sus finanzas del segundo trimestre del año, cuando los precios del crudo se desplomaron. La empresa productiva del estado ya anunció que dejará de pagar sus adeudos a proveedores hasta por un año y creo que reportará pérdidas extraordinarias. La presión de seguir inyectando recursos federales será mayor y esto provocará que se realicen recortes muy fuertes en el gasto público, que, en conjunto con una menor recaudación, provocará un inminente recorte en la calificación crediticia del país.
Las soluciones son varias y complejas. Se debe implementar una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios. Actualmente, el gobierno recauda el 13 por ciento del PIB, el país con la recaudación más baja en la OCDE. Se debe homologar el IVA a todos los bienes y servicios. Por otro lado, se debe priorizar la inversión privada en el sector petrolero. Es claro que Pemex y su plan de negocios es sumamente ineficiente y solo presionará a las finanzas públicas.
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