Monterrey

Jesús Garza: Una muy lenta recuperación económica

La mayoría de los países del mundo anunciaron medidas para reactivar la economía debido a los efectos que provocó la pandemia.

La semana pasada el Presidente de la República anunció un paquete económico destinado a reactivar la economía a raíz de los efectos adversos provocados por la pandemia de COVID-19. La economía global se está viendo afectada tanto por choques de oferta por la parálisis de la industria, así como por choques de demanda por la restricción de la población. Consecuentemente, los principales analistas económicos han recortado las expectativas de crecimiento y México no es la excepción. Las corredurías ahora estiman una contracción promedio de cuatro por ciento anual y con importantes riesgos a la baja.

El problema para México proviene de tres choques importantes. El primero, por la desaceleración de la industria de los Estados Unidos, que está provocando una disminución en las exportaciones manufactureras mexicanas. El 33 por ciento de las exportaciones nacionales son automóviles. De hecho, el INEGI publicó la producción industrial al mes de febrero donde se registró una caída acumulada de uno por ciento anual en los primeros dos meses del año, antes del impacto del COVID-19.

El segundo choque proviene de la disrupción en las importaciones de bienes intermedios de otros países como los asiáticos y de América del Norte. México requiere de insumos intermedios para la elaboración de bienes finales. Los problemas globales están alentando los procesos productivos y los está encareciendo.

Por último, el confinamiento de la población está perjudicando al sector de los servicios. El 67 por ciento del PIB son servicios y muchos de ellos son Pymes o Mipymes. A todos estos choques es importante añadirle la reciente caída estrepitosa de los precios del crudo que perjudicó las expectativas financieras de Pemex y de las finanzas públicas en general.

Así, en respuesta a estos acontecimientos, la mayoría de los países del mundo anunciaron medidas para reactivar a la economía. La mayoría de los bancos centrales optaron por recortar fuertemente la tasa de interés, en México, Banxico lo hizo en 50 puntos base para dejarla en 6.50 por ciento. Además, muchos países anunciaron paquetes fiscales para proteger a la economía doméstica, proteger los empleos y ayudar en proveer de liquidez al sector empresarial.

En México se anunciaron apoyos crediticios de la banca de desarrollo, se ampliaron las transferencias sociales y se ratificaron los proyectos emblemáticos del sexenio como el tren maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas. Sin embargo, no hubo medidas directas para ayudar a solventar el pago de nómina, apoyos con problemas de liquidez y otras medidas hacia las Pymes. Más del 70 por ciento de los empleos son generados por las Pymes y muchas de ellas están en riesgo de insolvencia. Además, el sector informal está desprotegido y representa el 56 por ciento del total.

Las buenas noticias es que la Industria Privada liderada por Carlos Salazar Lomelín anunció que los grandes corporativos estarán apoyando a las Pymes. Sin embargo, sin un apoyo más tajante del gobierno federal me temo que veremos la quiebra de muchas empresas. Algunos analistas estiman que alrededor de 300 mil empresas puedan cerrar con una pérdida de 1.4 millones de empleos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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