La incertidumbre es algo inherente en el ser humano. Todas las grandes civilizaciones desde las más remotas como la Egipcia, la Hindú, la China y en nuestro continente la Maya, tenían como su fundamento la observación astrológica, su propio calendario y su respectivo zodiaco para tratar de entender su realidad y predecir el futuro.
Con estos conocimientos tenían la capacidad para pronosticar fenómenos cíclicos. Atinarle a lo que sucederá en el futuro es verdaderamente imposible pero sí podemos aproximarnos mediante un buen análisis de los sucesos. La pregunta frecuente que nos hacen es que si es momento de invertir hoy en bienes raíces o se debe esperar a que surjan mejores condiciones o se presenten mayores oportunidades el día de mañana.
En los mencionados ciclos de los mercados, y en lo particular del inmobiliario, todos quisiéramos comprar cuando estamos en el punto más bajo para beneficiarnos por la plusvalía y la demanda que existe en las subidas y vender en la cima, es decir, en la cresta del ciclo del mercado.
En nuestro país hemos visto que desde el 2015 inició la caída en colocación de vivienda nueva y un poco después también la colocación de automóviles nuevos, debido a la subida del costo del dinero, ya que son muy sensibles al incremento de las tasas de interés.
En la segunda semana del pasado mes de enero por quinta vez consecutiva disminuyó la Tasa de Interés Interbancaria en 25 puntos base, lo que produce mejores condiciones crediticias y menores pagos mensuales que cobran las instituciones financieras para comprar una casa, un departamento o cualquier inmueble.
Los pronósticos de los expertos financieros es que las tasas de interés continuarán con esa tendencia tanto en los Estados Unidos como en nuestro país. Lo anterior puede ser el factor que determine el fin de la caída anual que traemos desde hace cinco años y que inicie un nuevo ciclo de retorno al crecimiento en términos reales de la colocación de vivienda nueva en el presente año.
Debo mencionar que el gobierno federal anunció hace dos semanas una inversión de 200 mil millones de pesos para la industria de la construcción y un millón de acciones para la vivienda para reactivar la economía del país y estimular el empleo.
Esto tendrá necesariamente un efecto multiplicador en todos los sectores de la economía.
En conclusión, el tener un patrimonio propio en base a un sacrificio en el presente nos puede sacar de apuros en el futuro. Es hora de iniciar la búsqueda de opciones de inversión inmobiliaria hoy, para disfrutar de las rentas que nos produzca el día de mañana. Heredar a nuestros seres queridos bienes raíces siempre traerá beneficios y la seguridad de que el dinero no se erosionó por la pérdida del poder adquisitivo como es el caso de lo depositado en cuentas de ahorro o las cuentas de inversiones bancarias.
Lo que está fuera de todo debate en cualquier país del mundo es la afirmación atribuida a Abraham Lincoln: "La tierra es la mejor inversión que el ingenio humano haya concebido".
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.