El pasado 30 de diciembre de 2020, se reformó el Decreto de Estímulos para la Región Fronteriza Norte que entró en vigor en 2019.
El presidente de México en el 2020 ya había anunciado en Baja California la continuidad del Decreto hasta finales del sexenio, mencionando que buscaría elevarlo a ley.
Los cambios mantienen los términos del Decreto en vigencia por dos años, el cual se modificó únicamente para extender su vigencia además de limitar y restringir el acceso a los estímulos. Por el decreto Se crea un padrón de contribuyentes beneficiados -por el decreto- incluyendo también a contribuyentes que hubieran obtenido condonación de multas.
El padrón facilitara el monitoreo periódico y la fiscalización de los beneficiados para evitar el abuso de los estímulos. Las empresas de aerolíneas que habían aplicado indebidamente el decreto al no cobrar a los habitantes de la zona fronteriza el 16% del IVA en viajes que inician en dicha zona fronteriza y terminan en el interior del país están en la mira al igual que actividades de transporte de personas y bienes que serán fiscalizadas por la misma razón.
El decreto es complejo y limitado, apoya a un grupo reducido en materia de ISR, y en realidad no disminuye la tasa del IVA sino que se otorga un crédito cuya comprobación representa una carga administrativa para el contribuyente beneficiado. El estímulo en IVA no aplica a las importaciones ni a la enajenación de ciertos bienes intangibles. El decreto excluye a un total de 21 tipos de contribuyentes cuyo alcance se aclara en la reforma. Si bien, algunas de estas exclusiones tienen sentido, empresas relevantes para la región que generan empleos y han probado su importancia en el crecimiento de la actividad económica de la zona como las maquiladoras y transportistas tributando bajo el régimen fiscal de "coordinados" quedan excluidos de cualquier beneficio en este decreto debido a que ya gozan de beneficios fiscales para el ISR y por su tratamiento para efectos del IVA.
Además de las empresas excluidas, el desconocimiento y la oportunidad en la solicitud de inscripción también dejó fuera a un número importante de contribuyentes, algunos por desconocimiento, y otros por no tener un profesional que les apoye en el trámite para obtener la aprobación.
Tampoco se benefician empresas que hayan reanudado actividades y aquellas empresas que inicien actividades están condicionadas a demostrar la adquisición de activo fijo nuevo y una solicitud al inscribirse en el RFC.
El decreto entonces es una gran contradicción entre su objetivo principal y la realidad, al ser un documento lleno de limitaciones, condicionantes, excluyentes y cargas administrativas, por lo que su impacto para la frontera no ha sido relevante ya que no aborda estímulos que resuelvan las necesidades de la región fronteriza incentivando la generación de empleo mediante el impulso a la industria manufacturera, la facilitación aduanera y logística así como la creación de programas en capacitación, y tecnológica, entre otras áreas que pueden ser incentivadas a través de estímulos fiscales y económicos por la vía de deducciones o inversión gubernamental.
La política recaudatoria y enfocada al combate a la corrupción que el gobierno de México ha establecido durante sus primeros años ha sido positiva, pero si no se combina con estímulos empresariales y de infraestructura afectará la recaudación y la generación de empleo en el largo plazo. Tan evidente es la afectación al sector empresarial que la economía en el país descendió de un 2.9% en 2018 a -0.05% en 2019 según theglobaleconomy.com, que para fines académicos analiza datos de fuentes oficiales como el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional y el Foro Económico Mundial.
Además, México se mantiene en los últimos lugares del ranking de bienestar de la OCDE. Esto aplica para todo el país, pero datos relevantes para la Zona Fronteriza Norte generados por el INEGI en relación con las empresas IMMEX reflejan el cierre de empresas manufactureras y la pérdida de empleos entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019 en los municipios más representativos de la región fronteriza. Por lo que en 2019 el Decreto no logró sus objetivos que son "…establecer mecanismos que fortalezcan la economía de los contribuyentes de la frontera norte, con el fin de estimular y acrecentar la inversión, fomentar la productividad y contribuir a la creación de fuentes de empleo".
Otros beneficios, como el precio de la gasolina no parecen ser relevantes para el fin del Decreto, además, los incrementos salariales, si bien apoyan el poder adquisitivo de los residentes en la zona, la historia ha demostrado que el incremento salarial en la zona fronteriza Norte provoca el desplazamiento de la inversión extranjera hacia zonas donde se mantienen salarios más bajos lo que lejos de favorecer a la región le afecta. Este desplazamiento, como ocurrió con la zona del Bajío tiene un efecto negativo pues se industrializan zonas rurales y se dejan sin ocupación plantas industriales de la frontera Norte.
La reforma al Decreto no menciona los efectos de la pandemia, se limita a mencionar que las condiciones del 2018 prevalecen para la continuidad del decreto. El cierre de la frontera de Estados Unidos generó un crecimiento en compras locales por parte los residentes de la zona fronteriza con un efecto económico positivo para comerciantes de la zona lo que distorsiona una adecuada evaluación de la efectividad del Decreto en el 2020.
La reforma al decreto tampoco otorga oportunidad para ampliar a los beneficiados, ni considera estímulos adicionales a los sectores afectados por la pandemia, no aprovecha el momento histórico para incentivar la recuperación post pandemia de la industria manufacturera que es tan relevante para la zona.
La exposición de motivos del decreto inicial refleja claramente la realidad de la frontera norte, pero los estímulos en el decreto resultan ser tan limitados que minimizan un apoyo real a la zona.
Con el nuevo tratado, TMEC no se incluye en el decreto un proyecto completo y coordinado que incentive la facilitación del comercio en la zona, la rehabilitación de su infraestructura logística, cultural y económica; Tampoco se busca incentivar la inversión en conexiones terrestres, aéreas y ferrocarrileras con el resto del país. No prevé la creación de programas que incrementen el bienestar social con la creación de empleo, el fomento a una educación bilingüe y tecnológica que atraiga inversión en la zona de industrias emergentes como son la electrónica, robótica, farmacéutica, biotecnológica y eléctrica, y la inversión en seguridad.
La región fronteriza norte es singular por su vecindad con los Estados Unidos, nuestras fronteras tienen un impacto en las ciudades fronterizas del país vecino. El decreto de estímulos que se requiere para lograr la creación de empleos y el fomento a la inversión debe incluir tasas impositivas reducidas de aplicación general, los que puedan ser opcionales y no excluyentes para aquellas empresas que ya tengan beneficios fiscales, pueden condicionarse a la generación de empleo con mano de obra calificada y desarrollo tecnológico.
Por lo que un decreto de estímulos efectivo debe gestionarse en forma binacional con Estados Unidos, interestatal entre la Federación, los Estados fronterizos y sus municipios a fin de que en el ámbito de la competencia de cada participante, se desarrolle un proyecto coordinado para el crecimiento, la seguridad y el bienestar de los habitantes de la zona fronteriza norte que ha probado históricamente su potencial en el desarrollo económico del país.
La autora es Licenciado en Derecho, Master en Derecho Fiscal con especialidad en Impuestos Internacionales y comercio exterior.
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