Monterrey

Luis Treviño Chapa: Dinosaurios del mundo millennial

Los riesgos de no adaptarse a la nueva tecnología.

Este es un mensaje dirigido para quienes pertenecen a la generación X (nacidos entre 1960 y 1980) o mayores. Si eres millennial o centennial no te vayas, esto te puede entretener.

Yo también soy de la generación X ¿Se acuerdan cuando nos burlábamos de nuestros papás por que no sabían cómo "picarle" a la computadora? ¿Cómo nos daba risa que no supieran mandar un simple correo electrónico o poner música en un Ipod? Era cómico ¿verdad? .

Ahora déjenme les hago otra serie de preguntas. ¿De casualidad ya han hecho ustedes algún "live" en Instagram? ¿Han participado en algún podcast? ¿Ya bajaron la app de Tik Tok?.

Bueno, si las respuestas fueron "no", debo decirles lo siguiente: tengan mucho cuidado, porqué tal vez no se estén dando cuenta, pero es muy probable que ahora NOSOTROS nos estamos convirtiendo en esa versión de la que tanto nos reíamos de nuestros papás.

La semana pasada me invitaron a participar en INCmty, un excelente evento organizado por el Tecnológico de Monterrey enfocado en el emprendimiento y la innovación. Hay mucho que resaltar de este festival; había decenas de ponencias, talleres y una muy buena exhibición de "startups" tecnológicas.

Al evento acudieron miles de personas, pero hay algo en particular que me llamó mucho la atención; la inmensa mayoría de los asistentes tenían debajo de los 35 años. Había a mi alrededor todo tipo de milennials y centennials, con sus bigotes, sus lentes a la Silicon Valley y uno que otro con boinas y moños, mientras su servidor portaba una camisa de botones convencional, libre de barba y accesorios, sin identificar a ningún otro chavoruco que le hiciera segunda.

Pensar que esto es lógico por ser un evento enfocado a universitarios sería un error de juicio, pues más que tratar sobre estudios académicos, INCmty se especializa en el emprendimiento e innovación; donde la edad no debería de figurar.

Esto me preocupó, pues vi con mis propios ojos como existe un nuevo mundo del cual los más veteranos desconocemos su existencia; uno donde la tecnología es un lenguaje nativo para los más jóvenes, donde cientos de ellos se concentran para escuchar a los nuevos gurús como Gary Vaynerchuck o Jason Silva, personalidades que nuestra generación probablemente ni siquiera sabe quiénes son. Así fue como me cayó el veinte y pude entender lo que muchos se niegan a ver; que una buena parte de nosotros, sin importar el nivel directivo o gerencial que tengamos, estamos al borde de la obsolescencia.

Por varios años hemos tratado a los millennials como si fueran piñatas, pegándoles en el orgullo una y otra vez por su falta de disciplina o su grado de compromiso, y nos deleitamos viendo ese famoso video de Simon Sinek donde enfatiza como sienten que tienen derecho a cosas que no se merecen.

Sin duda este grupo de jóvenes tiene sus fallas, pero ¿quién no las tiene? (digo, la nuestra popularizó a Ricardo Arjona). El problema es que hemos sido tan discriminativos con las nuevas generaciones que hemos cerrado nuestra mente sin lograr entender que ellos tienen un nuevo código, un nuevo idioma y, nos guste o no, están creando una realidad de la cual, si no nos aplicamos, nosotros no vamos a estar.

Créeme, yo soy de tu equipo, a mí también me aterroriza andar hablándole a la cámara del celular (y Dios me libre de ponerle un filtro a una "selfie"). Pero esta es la cruda realidad; si pretendemos estar vigentes en los negocios para los próximos años, tenemos que modificar la forma en la que vemos el mundo; uno regido por una vida sumergida en la digitalización y la tecnología.

El mismo Jason Silva nos hace ver que la revolución tecnológica va a una velocidad tan rápida, donde nuestro planeta cambiará de manera drástica y exponencialmente a un grado que nuestra mente de "pensamiento lineal" hoy no es muy capaz de comprender. De no actualizarnos, es probable que nos quedemos marginados, cómo tantas empresas que, por su inflexibilidad e incapacidad para adaptarse al mundo actual, han dejado de existir.

Por lo tanto, no hay de otra. Hay que ponernos las pilas y adaptarnos; hay que investigar sobre esas nuevas plataformas y aplicaciones antes de que nos convirtamos en el tema principal de la próxima película de Jurassic Park. En cuanto a las boinas y los moños, esa moda sí creo que nos la podemos brincar.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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