La crisis por la que atraviesan actualmente las Finanzas Públicas Federales, irremediablemente se transmitirá a los estados y a los municipios, a través de la caída en las Participaciones Federales, así como vía menores aportaciones e ingresos vía convenios durante el presente año.
En el Informe de las Finanzas Públicas al primer trimestre del año, la Secretaría de Hacienda recalcula las principales variables macroeconómicas que espera para este ejercicio, y procede a realizar nuevas estimaciones de los ingresos y los gastos públicos que tendrán este año.
De hecho, la afectación en los Ingresos Presupuestarios, la estiman más severa con motivo de la caída en los precios del petróleo, que por la mayor recesión económica producto del Covid-19, ya que proyectan que los ingresos petroleros habrán de reducirse en $435.6 miles de millones de pesos, que representa una caída del 44.1 por ciento.
En particular, el precio promedio del petróleo lo proyectan en tan solo $24 dólares por barril, una merma superior al 50 por ciento si se le compara con los $49 dólares contemplados en la Ley de Ingresos aprobada por el Congreso, mientras que la extracción de petróleo crudo se estima ahora en mil 740 miles de barriles diarios, una caída del 10.8 por ciento, comparada con la plataforma de extracción contemplada en las estimaciones originales.
Tanto el menor precio del petróleo, como la menor extracción, suman una caída del 56 por ciento en la base de ingresos brutos que utiliza la fórmula del principal Derecho Petrolero, lo que aunado al Decreto que le permite a Pemex reducir el monto de dicho derecho, es factible que la caída en las transferencias que manda el Fondo Mexicano del Petróleo al Gobierno Federal, caiga incluso en un porcentaje superior al 60 por ciento, versus lo aprobado en Ley de Ingresos, mientras que la caída en los precios de las gasolinas, y el menor consumo, terminarán por impactar los ingresos de Pemex y hacer más profunda la caída en ingresos petroleros.
De igual manera, la caída en ingresos tributarios luce también subestimada, ya que se proyecta en solo $155 mil millones de pesos, cuando la nueva estimación puntual de crecimiento del PIB se contempla en menos 2.9 por ciento, es decir, la diferencia entre el PIB original (+2 por ciento) y la nueva estimación, es de casi cinco puntos porcentuales de diferencia.
Por otra parte, considerando los mayores ingresos que tendrán, producto del remanente de los recursos del FEIP, así como los ingresos de los fideicomisos cancelados, se estima que los Ingresos Propios Presupuestarios (sin incluir ingresos por colocación de deuda) serán $317.8 miles de millones de pesos inferiores a los contemplados en la Ley de Ingresos de la Federación.
No obstante esta caída en Ingresos Propios, así como el Decreto de Austeridad publicado, el Gasto Neto Presupuestal solo se reducirá en $50.9 miles de millones de pesos, lo que implica que los ingresos por financiamientos aumentarán en $266.9 miles de millones de pesos, pasando de $584.5 a $851.4 miles de millones de pesos, lo que representa un incremento del 45.7 por ciento de mayor deuda.
Sin embargo, analizando la estructura del Gasto Presupuestal, lo que se tiene es que el Gasto No Programable es el que se reducirá, mientras que el Gasto Programable aumentará, a pesar de la "austeridad" decretada.
En efecto, la SHCP contempla que con las nuevas proyecciones de ingresos, las Participaciones a Estados se reducirán en $89.1 miles de millones de pesos, siendo éste el rubro de gasto que más se reduce y aporta a la falsa "austeridad" pregonada.
Si el Gasto Total baja en $50.9 mmp pero las Participaciones bajan $89.1 mmp, esta última reducción permite aumentar incluso los otros rubros de gasto del Gobierno Federal.
Por otro lado, muchos de los fondos que se incluyen en las aportaciones federales que contempla el Ramo 33, su monto se determina como un porcentaje de la Recaudación Federal participable, por lo que necesariamente habrán de reducirse también, así como los ingresos estatales asociados a los convenios, que por su carácter discrecional, se espera que también sean inferiores a los originalmente presupuestados.
Considerando todo lo anterior, se podría estimar que los ingresos federales que perciben los estados, caerán este año en más de $100 mil millones de pesos, caída que podría ser incluso mayor, en la medida en que estén subestimados los ingresos presupuestales estimados por la SHCP.
Finalmente, el Fondo de Estabilización de Ingresos de los Estados, que al cierre del primer trimestre reporta un saldo de unos $66 mil millones de pesos, será insuficiente para compensar estos menores ingresos, además de los rezagos en su obtención, originados por sus reglas de operación.
Es conveniente, entonces, que los gobiernos estatales y municipales pongan sus barbas a remojar, y se preparen para una fuerte reducción de ingresos federales.
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