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Comparando la deuda pública que recibió la presente administración de Jaime Rodríguez Calderón, (saldo al 30 de Septiembre de 2015), contra la reportada al cierre del año pasado, lo que tenemos es que la deuda del Gobierno Estatal a largo plazo, ha aumentado en $13,039.3 millones de pesos, (+37.2%) mientras que la deuda de corto plazo se ha incrementado en $2,033.3 millones de pesos, (+91.0%) lo que suma un mayor endeudamiento del orden de los $15,072.6 millones de pesos, que representan un crecimiento del 40.4%, comparado con la deuda al inicio de esta administración, pasando el saldo total de $37,290.4 millones de pesos, a $52,363.0 millones, según reportes oficiales del propio gobierno del Estado.
Por otra parte, la deuda de los Organismos y Empresas propiedad del Gobierno del Estado, que si bien no se consolidan para propósitos de Finanzas Públicas, y poseen ingresos propios para sufragar sus propia deuda, también ha crecido de manera importante durante la presente administración, aumentando el saldo adeudado en $7,374.7 millones de pesos, (+35.5%) pasando de $20,759.7 millones de pesos al cierre de septiembre de 2015, a $28,134.4 millones de pesos para diciembre del año pasado.
Consolidando toda la deuda pública estatal, ésta ha aumentado en $22,447.3 millones de pesos en 5 años y tres meses, alcanzando ya los $80,497.4 millones de pesos, y esto SIN considerar la deuda titulada en Bonos Cupón Cero, que suma $7,483.4 millones de pesos, ya que ésta se registra solo en cuentas de orden, porque su amortización corre por cuenta del Gobierno Federal, y solo su servicio lo paga el Gobierno del Estado.
Si calculamos el aumento anual promedio en la deuda neta del Gobierno Estatal, se tiene que alcanza los $3 mil millones de pesos al año, sin embargo, es incuestionable que si bien el Instituto de Control Vehicular (ICV) tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, NO realiza inversiones que pudieran calificar para obtener financiamiento bancario, sin embargo, contrata deuda, aunque su destino específico no esté claro, y se tiene que la deuda del ICV ha aumentado en $2,048.9 millones de pesos durante la presente administración, recursos que han ido a para a la Tesorería del Estado, para sufragar gasto público.
Es decir, la mayor deuda que ha contratado el ICV, incuestionablemente va a parar a la Tesorería del Estado (vía pago de derechos o de aprovechamientos) y se ha aplicado al gasto estatal, por lo que en realidad, la colocación de deuda neta por parte de la Tesorería, rebasa los $17,121.5 millones de pesos, más de $3,400 millones de pesos, en promedio, cada año.
Si bien este argumento de que la deuda de los Organismos controlados por el Gobierno Estatal, puede ser transferida a la Tesorería del Estado, pasando de deuda a ingreso propio, es muy claro en el caso del ICV, ya que éste Instituto no realiza obra pública, la verdad es que también se ha usado este mecanismo cuando la Red Estatal de Autopistas ha colocado más deuda, y parte de ella ha ido a parar al gasto corriente estatal, sin embargo, no se cuenta con el detalle de estos movimientos, para cuantificarlos apropiadamente, por lo que es difícil conocer con precisión, la deuda colocada por estos organismos, pero transferida al Gobierno del Estado, aunque la Auditoría Estatal debería hacer estas pesquisas de manera completa.
El objetivo de este análisis, es cuantificar el verdadero déficit financiero, efectivamente devengado y pagado, en el que ha estado incurriendo el Gobierno del Estado, medido a través del financiamiento, ya que el déficit es el exceso de gasto, contra los ingresos propios percibidos, lo cual genera un requerimiento financiero, el cual debe ser sufragado colocando más deuda.
Si bien el promedio aquí encontrado revela un déficit financiero promedio de $3,400 millones de pesos por año, debido a la pandemia, es razonable esperar que el déficit financiero se haya exacerbado el año pasado, y en efecto, medido éste por la mayor colocación de deuda neta gubernamental durante 2020, lo que se encuentra es que la deuda del Gobierno Estatal aumentó en $6,177.7 millones de pesos, tan solo el año pasado, ya que pasó de $46,185.3 millones de pesos al cierre de 2019, a $52,363.0 millones al cierre de 2020, lo que representa un incremento del 13.4% en solo un año.
Si consideramos que como consecuencia de la emergencia sanitaria se aumentó el gasto en salud en $3,562 millones de pesos durante el año pasado, el disparo en el déficit está más que justificado.
La conclusión, entonces, es que la pandemia vino a aumentar el ya tradicional déficit financiero promedio anual que venía experimentando la actual administración, producto del mayor crecimiento en el gasto, (comparado con los ingresos), el cual ha pasado de unos $75 mil millones de pesos al final de la pasada administración, a más de $107 mil millones de pesos en la presente, (+42.7%) financiado en buena medida por la mayor colocación de deuda pública.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.