Monterrey

México más allá de los Juegos Panamericanos

La mayoría de los eventos internacionales en que hemos triunfado han sido logrados con poco apoyo presupuestal.

¿Qué nos dice el que nuestro país siga mostrando su capacidad y tenacidad al romper su récord en los Juegos Panamericanos?

Nuestros deportistas han destacado por su coraje y compromiso con lo que les gusta hacer en lo individual y como equipo representando a México. El reto en este momento es reconocerlo sin la necesidad de polarizar y entrar en conflicto en medio de un triunfo, que es como suele suceder al buscar lo negativo, con lo que nos perdemos de observar las fortalezas.

No es la primera vez que sucede que como mexicanos destacamos al lado de los mejores atletas del mundo. Además del deporte, también esto lo hemos logrado en algunos concursos mundiales de ciencias, robótica y matemáticas, entre otros. Hace unas semanas en el mundial de basquetbol de adultos mayores de 65 años, nos llevamos la presea del primer lugar ¿Hay algo que no estemos viendo en todo esto?.

La mayoría de los eventos internacionales en que hemos triunfado han sido logrados con poco apoyo presupuestal. En algunos eventos han participado personajes con apoyo financiero, sumándose al esfuerzo de padres y entrenadores. Entre otros, tenemos a Guillermo del Toro en temas de talento y al empresario regiomontano, Carlos Bremer, que en su última participación compró la casa de Zhenli Ye Gon para que se les otorgue los premios que el Gobierno Federal habilitó para los deportistas de los Juegos Panamericanos 2019.

Los mexicanos que han participado y ganado, han demostrado su talento y coraje enfrentado un sin fin de dificultades en su camino a la preparación y durante el proceso de calificar para participar en alguno de estos eventos ¿Qué tienen estos paisanos que ante todo nos demuestran que pueden alcanzar sus sueños? La respuesta es voluntad.

México pasa por un momento de gran oportunidad para despertar la voluntad. Hoy habría que preguntarnos ¿Qué es lo que queremos o deseamos para nuestro país? ¿Lo tenemos claro? ¿Estamos pensando con un enfoque colectivo o solo en lo que nos convenga? Es necesario un acuerdo común que permita hacernos conscientes de lo que queremos para entonces poder tener el coraje para conseguirlo.

No es momento de perder el tiempo buscando culpables de todo y manteniendo el miedo como nuestra bandera para reaccionar. México es más que lo que vimos en los Juegos Panamericanos o cualquier otro evento en donde nos demostramos que siempre lo hemos logrado.

El compromiso por México debe de convertirse en el centro de todos los mexicanos. Tenemos la oportunidad para darle el sentido que queremos. Hay que romper con la inercia de dejarle a unos cuantos las riendas, mientras una mayoría se encierra en su cómoda distancia para no sentirse responsables.

Podemos salir del juego del orgullo en cada presa que se gane y pasar al reconocimiento de lo que si somos de forma consciente. Los talentos y deportistas que salen a ganar nos muestran cómo podemos hacerlo cuando tenemos un deseo común. Ellos nos representan muy bien en cada materia que practican, sin embargo en lo colectivo no estamos logrando que México supere su identidad de un país marginal, emergente y exótico.

Para cambiar nuestra identidad tenemos la oportunidad de ver más allá de las medallas. De una forma más profunda y en autoreferencia que nos permita observar lo que estamos creando como realidad y entonces entender como cambiarla. Es tiempo de asumir lo que somos y sumarnos para construir una voluntad de hierro que nos permita avanzar en lo colectivo y entonces si podernos preguntar: ¿Cuántas medallas vale México?

El autor es emprendedor por más de 20 años en la industria de la consultoría y servicios. Hoy es asesor de Liderazgos públicos y privados dónde implementa el modelo y tecnología propia llamado Liderazgo Convergente. Influencer en temas de consciente e inconsciente.

Opine usted: alejandro@convergent.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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