Monterrey

Miguel Moreno: El espíritu de la inversión

La semana pasada se habló acerca de lo que integra una tasa de interés; ahora se comentará la medición del riesgo país.

En días pasados y con motivo de la masacre de niños inocentes y sus mamas en los limites de Chihuahua y Sonora, las redes sociales recogieron el mensaje de Alfonso Romo en el sentido de que "no se magnifiquen", porque tienen un impacto en el "espíritu de la inversión".

Extiendo el pésame a sus familiares por ese horrible crimen, pero tiene un punto el Sr. Romo: la inversión sí es sensible a esos casos -que desafortunadamente ya se están volviendo constante de unos meses para acá-. ¿Cómo y en que se reflejan estos términos? .

La semana pasada comentábamos acerca de lo que integra una tasa de interés. Ahora vamos a comentar en particular la medición del riesgo país. El pasado viernes, la SHCP publicó en su Gaceta Económica que "El riesgo país de México en su menor nivel en más de un año" ya que a la primera semana de noviembre es de 186 puntos base (BP: un punto base equivale a un 0.01 por ciento). Además, comenta que lleva "un descenso semanal de 11 BP, el mayor de las últimas cuatro semanas…[y en 2019] una disminución acumulada de 55 BP" La nota compara con otros países peores que nosotros: Brasil: 229BP; Turquía: 425 BP y Argentina: 2,413 BP.

JP Morgan, por allá de los 90's, inventó este índice, cuya elaboración es relativamente simple: se construye una canasta de bonos soberanos del país al que se va a medir y se compara con una canasta con características similares (duración y convexidad). La diferencia en puntos es el riesgo país. En otras palabras, los inversionistas demandan (en presente, ya que son datos del mercado) un cierto diferencial que les compense por el riesgo. Al ser un bono soberano, dicho riesgo es el riesgo país.

Lo que no corresponde a inflación (Check: Banxico ha cumplido a cabalidad su mandato constitucional) o al premio por posponer el consumo (de acuerdo al efecto Fisher y las condiciones de paridad internacional, sería el mismo a nivel internacional) lo que resta es el riesgo del país.

El EMBI es un dato puntual, es decir un solo dato. Sin embargo, hay otra medida: los CDS (Credit Default Swaps) y en vez de traducirlo, que no se usa en los mercados, mejor lo comentamos. Es una prima por un seguro por incumplimiento de crédito: pensemos que tomamos el seguro de automóvil y pagamos una prima. Si, afortunadamente no chocamos en el año, solo nos costó la prima. Si, por el contrario, tenemos la mala suerte de haber sufrido un accidente, la compañía de seguros nos cubre el costo (no es el punto que hay que pagar un deducible. Food for thought: ¿se ha puesto a pensar porque hay un deducible además de la prima anual?). Los CDS nos indican, para varios períodos, el costo de la prima de crédito. Sin embargo, ambos reflejan una realidad: mientras más alto el EMBI o los CDS, más es el riesgo país.

Este "pricing" del riesgo lo sufrimos todos: está incorporado en los niveles de la tasa objetivo y de ahí pa'l real: tanto en los CETES como en la TIIE. Así que cada que paga su tarjeta de crédito, su crédito de automóvil si lo saco a tasa variable y la hipoteca -si está a tasa variable-, sus pagos de intereses serían menos si el riesgo país fuera menor. Resolviendo la inseguridad -impunidad- y con atinadas políticas publicas el espíritu de la inversión haría que a todos nos fuera mejor.

Opine usted: morenotrip@gmail.com

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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