El anatocismo consiste en cobrar intereses sobre intereses. Esta situación se presenta si el deudor -quien pidió dinero prestado y se lo gastó en lo que se lo haya gastado- no paga la parte que le corresponde de los intereses.
Como no pagó completo los intereses se incrementan al saldo que debía. Para la siguiente fecha de pago, se le cobrarían intereses sobre el capital acumulado. De haber pagado lo que se debe, no habría anatocismo. Tan simple como eso.
En 1995 y años posteriores y debido al error de diciembre de 1994, el tipo de cambio sufrió una depreciación brutal, más de un 80 por ciento. Para poner las cosas en perspectiva, en lo que va del sexenio, el peso se ha depreciado pasando de Ps/US 20.34 a Ps/US 22.79, un 12 por ciento aproximadamente, llegando a un máximo de Ps/US 25.11, una depreciación de un 23 por ciento.
El tipo de cambio y las tasas de interés están íntimamente relacionadas. El incremento en el tipo de cambio originó que para 1995 en lo que se conoce como "pass-through" (qué tanto del incremento del tipo de cambio se traduce en inflación) afectara mucho a las tasas de interés. Esto ocasionó que los acreditados no pudieran pagar, por lo que se puso en práctica el mecanismo de las UDIS, entre otros.
El 4 de abril de 1995 nació la UDI con un valor de N$ 1.00 (todavía se aclaraba que eran nuevos pesos). La idea era que la UDI creciera en términos de la inflación y que el acreditado, especialmente para créditos hipotecarios y con el objetivo de que no perdieran su casa, pagara únicamente la parte real de los intereses, acumulándose la parte inflacionaria. Con el tiempo se liquidaría el crecimiento por inflación. Básicamente todas las hipotecas se pasaron a UDIS.
Al controlar la inflación ya no se hizo necesario continuar con el esquema y se regresaron las hipotecas a pesos. Hoy en día no hay hipotecas en UDIS, pero sí UDIBONOS, que funcionan de forma similar, pero para efectos de inversión, pagando una tasa real por encima de la inflación.
El Barzón fue un movimiento de esa época por el que los "productores agropecuarios endeudados con la banca" buscaban que los bancos cancelaran las deudas de sus seguidores. Hubo tomas de sucursales, iban a las oficinas centrales de los bancos para presionar para que no pagaran lo que debían y hasta entraron a caballo a la cámara de diputados en el 2005.
Regreso a la esencia del primer párrafo: usaron los recursos y luego no los querían pagar. No buscaban una renegociación sino la quita porque "a los bancos le sobra el dinero" ¿verdad? No importa que ese dinero proviene del depósito de quien tiene cuentas en dichos bancos, como usted y como yo. Es decir, el banco es un intermediario entre quienes depositan los recursos y quienes piden prestado. Desde luego, se cobran intereses más altos de los que se pagan para, por ejemplo, poder pagar la luz (los bancos sí la pagan), sueldos, etc. e impuestos (también los bancos pagan impuestos) y, por cierto, mientras más gana un banco, más impuestos paga que sirven para mantener a los partidos políticos, por ejemplo.
En ese contexto de que pido y luego no pago, es que el máximo dirigente del movimiento del no voy a pagar, es ahora el máximo dirigente del partido en el poder, solo que ahora será no solo no pago, sino que quiero ver que tienen los que sí han trabajado para poder disponer de lo poco o mucho que hayan juntado con su trabajo. Esa forma de pensar se gesta por muchos años de vivir a costa de los demás.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.