Monterrey

Osmar Hazael Zavaleta: Algunos riesgos de la reforma a ley del Banco de México

La mayor parte de dólares en efectivo ingresan a los bancos y a las casas de cambio.

Quisiera comenzar con algunos conceptos básicos que me permitirán explicar, de una manera más sencilla, algunas de las implicaciones que la reforma a la ley del Banco de México podría tener.

Primeramente, es importante mencionar que los dólares en efectivo que circulan en México provienen, principalmente, de las remesas y del turismo, aunque cabe precisar que, de acuerdo con BBVA Research, únicamente el 0.7% de las remesas que llegan de Estados Unidos a México son en efectivo. En menor medida, los dólares en efectivo también provienen de la venta de bienes y servicios en la frontera norte de México.

La mayor parte de estos dólares (en efectivo) ingresan a los bancos y a las casas de cambio, como es de suponerse. En el caso específico de los bancos, es importante mencionar que éstos normalmente venden una parte de estos dólares en México, pero hay otra parte que no pueden vender en México ni repatriar a Estados Unidos. Esta fracción de dólares es la que se denomina el excedente de dólares en efectivo.

Los senadores, con mayoría de Morena, aprobaron el miércoles 9 de diciembre una reforma de ley en la que se establece que el Banco de México tendría la obligación de comprar el excedente de dólares en efectivo que llega a las instituciones financieras del país e incorporarlo a las reservas internacionales del banco central.

La intención de esta reforma, de acuerdo al senador que la propone, es ayudar a las familias mexicanas que acceden a estos dólares a través las fuentes mencionadas, ya que se estaría propiciando un tipo de cambio que garantice más pesos por cada dólar cambiado.

Aun y cuando la intención parece razonable, hay ciertos riesgos que es necesario tener presentes. Uno de estos riesgos se daría en virtud que el Banco de México estaría forzado a comprar el excedente de dólares de los bancos, por lo que se tendrían que emitir pesos, con el riesgo de generar una presión inflacionaria si el exceso de dinero primario no se neutraliza con la emisión de deuda o con instrumentos de regulación monetaria, de acuerdo con el director de análisis de Moody´s Analytics para América Latina.

El hecho de generar una presión inflacionaria iría en contra de uno de los objetivos más importantes del Banco de México, que tiene que ver con el hecho de garantizar el poder adquisitivo de la moneda, a través del control de la inflación.

De acuerdo con esta misma calificadora, "en caso de que la reforma se apruebe como se ha presentado, afectaría negativamente la calificación del soberano de México ya que infringiría en la autonomía del banco central, además de que la medida podría debilitar el cumplimiento de los estándares internacionales contra el lavado de dinero".

Por otro lado, cabe mencionar que es reducido el número de intermediarios financieros que se verían beneficiados por estos cambios, ya que la mayoría cumple con las regulaciones internacionales y no tiene problemas para repatriar el excedente de dólares, y de otras divisas, a través de sus relaciones de corresponsalía con otras instituciones financieras extranjeras.

Lo anterior significa que la mayoría de los bancos mexicanos tiene bancos corresponsales en el extranjero con los que, a través de acuerdos de colaboración, es posible que sus clientes realicen operaciones en otros países, lo que permite la transferencia de dólares y otras divisas fuera de México.

Además de estos riesgos, quisiera recordar que a finales del 2018 un diputado del Partido del Trabajo, y aliado de Morena, pidió hacer una reforma para que el Banco de México utilice las reservas internacionales para financiar proyectos productivos y combatir la pobreza.

Lo anterior es relevante porque no sé si parte de lo que está detrás de la iniciativa de la reforma a la ley del Banco de México, tenga como base el hecho de que ciertos actores políticos, por ignorancia, piensan que las reservas internacionales representan un ahorro del gobierno que puede utilizarse para financiar a alguna empresa del estado, como Pemex o CFE, o para impulsar proyectos sociales o de infraestructura.

Recordemos que el objetivo de que el Banco de México cuente con una reserva internacional, es coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo del peso, mediante la compensación de la balanza de pagos. En otras palabras, las reservas internacionales son como un seguro para enfrentar desequilibrios macroeconómicos y financieros, como la volatilidad del mercado cambiario, ocasionados por eventos internos o externos.

Por otro lado, diversos medios han publicado que, en caso de que esta reforma se apruebe en la cámara de diputados, beneficiaría principalmente a un banco, el cual tiene problemas de corresponsalía en Estados Unidos, lo que le impide repatriar a ese país los dólares que recibe de las remesas. Lo anterior implica que tenga que vender dólares, en los centros cambiarios, por los que recibe menos pesos.

Vienen a mi mente dos dichos populares que encajan en esta coyuntura que estamos viviendo: 1) No hagas cosas buenas que parezcan malas; y 2) Piensa mal y acertarás. ¿Usted qué opina?.

El autor es Decano Asociado de Investigación Escuela de Negocios| EGADE Business School Tecnológico de Monterrey .

Opine usted: ozavaleta@tec.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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