Monterrey

Pablo de la Peña: Más empresas, más empleos, más riqueza

El sector público puede contribuir de manera importante al crecimiento sostenible de la economía.

De acuerdo con cifras recientes del INEGI, de los 55.2 millones de personas ocupadas en México, el 56.4 por ciento labora en el sector informal, esto es 33.13 millones.

De acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Prevención Social, el 67 por ciento de los trabajadores gana menos de un salario mínimo, esto es de menos de tres mil 80 pesos mensuales; y sólo el cuatro por ciento de los trabajadores gana más de cinco salarios mínimos.

Sumado lo anterior, y si tomamos en cuentan que el INEGI reporta también que en el 2019 se crearon 324 mil 451 unidades económicas (empresas de cualquier tipo y en cualquier sector) y que en promedio crearon 1.93 empleos, podemos suponer que prácticamente uno de cada dos empleos creados el año pasado se encuentra en la informalidad.

Por otro lado, sabemos también que la Inversión Fija Bruta en el país cayó más del 7 por ciento respecto al 2018 y que la inversión pública cayó cerca del 12 por ciento en el mismo período, con esto podemos entender que no hay manera de crear más empleos si no hay inversión, ya sea pública o privada.

Se ha comentado aquí, como en muchos otros espacios, que no se puede tener crecimiento económico si no hay inversión.

El crecimiento económico se mide típicamente tomando en cuenta el cambio porcentual del Producto Interno Bruto del país, entre dos períodos de tiempo; y el PIB tradicionalmente se mide sumando la cantidad de dinero que se mueve en la economía por concepto de consumo de bienes y servicios de las familias, el gasto del gobierno, la inversión pública y privada y las exportaciones.

Traigo a cuenta estos conceptos de primer año de economía, porque debemos entender que si el gasto del gobierno representa sólo el 11.6 por ciento del PIB en México, prácticamente 8.8 pesos de cada 10 son contribución del sector privado y de la economía doméstica sobre el PIB anual; es decir, el potencial de creación de riqueza, en la mayoría de las economías modernas, recae en el sector privado no en el gobierno; y dicha riqueza se manifiesta a través de la creación de empleos y de mejores salarios.

Si la mitad de los empleos que se están creando en México está en el sector informal entonces claramente hay algo terriblemente mal en nuestra economía, y creo que el problema radica en el sistema de incentivos que tenemos para que quienes desean y puedan crear nuevas empresas lo hagan en el sector formal, y no en el sector informal.

El sector público puede contribuir de manera importante al crecimiento sostenible de la economía, pero sólo si enfoca sus recursos en la inversión de infraestructura productiva; es decir, en infraestructura para que el sector privado opere más eficientemente, y para que las familias tengan mejores condiciones de salud, educación y bienestar en general.

Creo que existe aún la posibilidad para que este 2020 sea un mejor año en términos económicos, pero no podemos esperar a que las mega-inversiones del gobierno – que probablemente terminarán siendo elefantes blancos – como la refinería en Dos Bocas, o el Tren Maya empiecen a generar riqueza; necesitamos acelerar y distribuir los recursos hacia proyectos de infraestructura productiva a todo lo ancho y largo del país, al mismo tiempo se deben generar incentivos apropiados que motiven al sector privado a crear empleos.

De acuerdo con cifras de la STPS se crearon en México un poco más de 342 mil empleos formales en el 2019, esto es menos de 30 mil empleos al mes, para poder absorber la demanda laboral anual necesitaríamos estar creando cerca de 85 mil empleos al mes; claro está que la informalidad es una válvula de escape a la presión laboral y social, pero que aporta muy poco a la creación de riqueza.

Yo insisto en que el sistema de incentivos que tenemos en el país, y que ha persistido desde hace décadas, es inadecuado para acelerar la creación de riqueza en el país, y si el gobierno federal no hace nada para cambiarlo en este 2020, nos daremos cuenta de que no fue el supuesto modelo neoliberal necesariamente el que ha fallado, es algo más elemental.

Independientemente del sistema económico que tengamos, si el gobierno no crea las condiciones necesarias para que el mecanismo de mercado funcione, eliminando la corrupción, incrementando la confianza en las instituciones y creando certeza para la propiedad privada, seguiremos sufriendo de las mismas fallas estructurales que menguan el bienestar y la estabilidad económica y social de nuestro país.

El autor es Decano Asociado de Educación Continua de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, del Tec de Monterrey.

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