En este momento, alrededor del 65 por ciento de los recursos prospectivos en gas natural en México se encuentran en yacimientos no convencionales susceptibles de ser explotados mediante la técnica del "fracking", prohibida por el presidente del país, y la perforación horizontal, en donde la Cuenca de Burgos cuenta con dichas reservas.
Sin embargo, algunos especialistas del sector energético han comentado, "que alguien le diga al presidente Andrés Manuel López Obrador que el futuro del gas está en el fracking, que él no quiere, aunque no existe ahora otra manera de explotar estas reservas".
De acuerdo con un análisis de Monitor Energético, realizado con cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), los recursos prospectivos del país se situaban en 217.8 billones de pies cúbicos, de los cuales 141.5 billones están en la categoría de no convencional, algo así como el 65 por ciento del total.
Luis González Villarreal, director de Petroland, dijo que "la extracción del gas vía fracking es benéfico para la región y detonaría grandes recursos para México.
"La región de la Cuenca de Burgos cuenta con una enorme riqueza petrolera, sin embargo, si la explotación del gas vía fracking no se hace correctamente podría provocar un grave problema ecológico", indicó.
La provincia Sabinas, Burro-Picachos ostenta la mayor cantidad de esos recursos que son susceptibles de ser explotados por el fracking, con 67 billones de pies cúbicos contra solo dos billones de ser aprovechados mediantes técnicas tradicionales de explotación.
Además, los recursos no convencionales representan una oportunidad para la industria petroquímica, ya que se estima que 55, 48 y 41 por ciento de los volúmenes nacionales asociados a recursos prospectivos de etano, propano y butano, respectivamente, provienen de ese tipo de yacimientos.
En todos los casos, el desarrollo de yacimientos no convencionales implica la incorporación paulatina de reservas probables y posibles.
Sin embargo, el desarrollo del fracking en el país se enfrenta a un gran problema ante la cancelación de la Ronda 3.3 que fue suprimida en diciembre del año pasado y que tenía inversiones por alrededor de dos mil 343 millones de dólares en el caso que se adjudicaran los nueve contratos de licencia en la Cuenca de Burgos.
Esa Ronda iba a ser la primera en que se iban a licitar campos donde se iban a explotar el shale gas con la técnica de fracturación hidráulica y el uso de pozos horizontales.
Se estima que la Cuenca de Burgos contiene 55 por ciento más de recursos prospectivos en relación a la de Eagle Ford, en Texas, una de las principales formaciones que contiene shale gas en Estados Unidos con alrededor de 545 billones de pies cúbicos de gas.