El incremento de la población migrante hacia Nuevo León proveniente de los estados de San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila y Ciudad de México y que en los últimos 10 años han arribado al estado unas 400 mil personas podrían provocar que el IMSS en la entidad se colapse.
Considerando que existe un retraso de 10 años en inversión para infraestructura, la falta de medicamentos, personal médico, doctores y enfermeras, principalmente.
Y es que los números hablan por sí solos: Actualmente el IMSS Nuevo León cuenta con 500 consultorios y dos mil 300 camas, lo que representa un déficit de 300 consultorios y dos mil camas censables.
Durante los últimos cinco años, Nuevo León ha aportado un superávit de más de 35 mil millones de pesos en cuotas entregadas al instituto, siendo, por mucho, la entidad líder en este rubro.
Sólo en el 2018, el IMSS en el estado tuvo la cifra más alta de ganancias, al registrar nueve mil 800 millones de pesos.
De acuerdo a un reporte elaborado por la Federación Nacional de Sindicatos Independientes, sobre el sistema de salud en México, el diagnóstico para Nuevo León no es alentador, el estado presenta un déficit de camas mayor al promedio nacional (0.35 frente al 0.50). Los municipios con mayor déficit en infraestructura de salud en el área metropolitana son: Apodaca, San Nicolás, Juárez y García.
Según el documento en poder de El Financiero, el diagnóstico es revelador: 166 consultorios, equivalente a 16 unidades médicos familiares de 10 consultorios; 80 módulos de enfermería-prevención; dos mil 512 trabajadores; con monto estimado de inversión que asciende a mil 568 millones de pesos.
Lo anterior corresponde a lo que se requiere en inversión en infraestructura.
El documento señala que en un segundo nivel se indica dos mil 855 camas censables, equivalentes a 10 hospitales generales de zona de 260 camas cada uno; 15 mil 300 trabajadores y un monto estimado de inversión de 15 mil 300 millones de pesos.