Monterrey

Rafael Chapa: El capitán del barco

Es momento de ejercer el liderazgo.

"En la incertidumbre, no estamos llamados a tener el control, estamos llamados a tener fe." -San Juan Pablo II

Eres, estás en camino, o quieres llegar a mi ser en el futuro, el:

• Capitán de un barco

• Piloto de avión

• Padre de familia

• Madre de familia

• Quien cuida a un enfermo o a una persona mayor

• Director de una empresa

• Entrenador de un equipo deportivo

• Gerente

• Jefe de departamento

• Mayordomo

• La mera trompa del tren

• El chivo de la campanita

• ¿O algo parecido?

Pues bien, en algunos momentos de tu vida se necesitará que ejerzas fuertemente tu liderazgo.

Una gran oportunidad llegó.

Y ...ahora llegó uno de esos momentos.

La contingencia sanitaria que vivimos y que nos tiene a todos con temor (y con temblor) nos brinda como líderes, en cualquiera de las formas que lo ejerzamos, una maravillosa oportunidad de manifestarnos en nuestras decisiones para afrontar el fenómeno.

Hay que privilegiar la vida y la salud sobre cualquier otra cosa, incluyendo la economía, a pesar de que la amenaza del bajón económico va a dejar, ya lo está haciendo, empresas quebradas, desempleo, etc.

Las acciones que tomemos y nuestra actitud en estos momentos, dejarán una huella en nosotros y en los que nos rodean, porque en la adversidad se conoce la realidad de las personas.

La actitud y la influencia.

Poner el ejemplo, no doblarse.

Nuestro discurso, debe ser de esperanza y ánimo y evitar ser negativo o fatalista.

Las actitudes, apariencias, postura, lenguaje, hasta el tono y volumen de la voz, va a influir en nuestra comunicación hacia los demás.

Es el líder quien marca la pauta.

Como líder, ¿Qué nos toca hacer?;

En casa

Mantener el fuego de la esperanza encendido.

Alto el ánimo, el buen humor es muy útil en estas condiciones.

Estrechar los lazos y hasta "conocernos" mejor.

La convivencia amena y con paciencia y tolerancia.

En los negocios

Por otro lado, nadie quiere quedarse sin trabajo, sin ingresos y tener enfrente los gastos normales de familia y, si eres empresario, los de la compañía para mantenerla a flote y apoyar el pago de salarios que lleva la comida a la mesa de los colaboradores.

Sí, esos mismos colaboradores que con su trabajo y empeño han hecho que las empresas hayan crecido y se hayan desarrollado para llegar a ser lo que ahora son.

Entonces las decisiones son difíciles, pero cuando las prioridades ya están definidas, lo que sigue es la disciplina de adaptarse a la estrategia.

Esta guerra contra el virus se puede ganar, pero hay que liderar, cada quien en su cancha, con los principios básicos:

Información

Planeación

Decisiones

Estrategias

Planes de acción

Plan B (y C y D y así hasta la Z)

Sin que la empresa llegue a quebrar, no es argumento suficiente decir que, como no hay ingresos ahora, entonces hay que tomar medidas dolorosas. Hacer lo posible para mantener la empresa en pie, la plantilla laboral o los puestos clave.

¿Cómo?

Creo que se trata de devolver, con medida, de lo que antes se ha ganado, del ahorro, del "guardadito".

La solidaridad

Ayudar a los que menos tienen y a los que están batallando: sin trabajo; con el sueldo reducido; los independientes formales o informales cuyo sustento depende de su trabajo diario y a los hermanos en estado de vulnerabilidad por su edad; por su estado de salud o en discapacidad, etc.

Si tenemos la posibilidad darles un trabajo para que reciban dinero dignamente, no regatearles el precio de sus servicios o bienes, no retardar su pago, adelantarles pagos si es posible, etc.

Por el lado sanitario

Quédate en casa y haz que los demás permanezcan en confinamiento. No es por fuerza, sino por amor.

Mantener la sana distancia

Usar gel antibacterial o agua o jabón, mascarillas, etc.

Espiritualmente

Recordar que Dios está a cargo, que está sobre todas las cosas.

Que nuestra fe sea más grande que nuestros miedos.

Recuerda quien es el capitán y juguemos ese papel, asumamos el personaje de líder, no seamos insensibles ni invisibles en la tormenta.

Todo va a estar bien. Vamos a salir de esta fortalecidos, más humanos, con un corazón agradecido, con un gran aprendizaje y siendo mejores personas.

Hagámoslo no solo por nosotros, debemos hacerlo también por los demás.

Ahora es un deber solidario y de corresponsabilidad.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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