La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, fue establecida por la resolución 106 (VI) del Consejo Económico y Social el 25 de febrero de 1948. En su reciente reporte revela que México permanece entre los cinco países de América Latina con el menor gasto público para contener el impacto de la crisis por el Covid-19, por arriba de Costa Rica, Uruguay, República Dominicana y Haití.
El 3.2 por ciento es el promedio que destinan los demás países en América Latina. Para responder a la crisis, el gobierno mexicano ha dispuesto apoyos fiscales equivalentes al 1.1 por ciento de su PIB de 2019. Se indica que la cobertura entre los países varía desde el 0.2 en Haití, hasta el 11.1 por ciento del PIB en El Salvador.
Dentro de este panorama, las PyMEs tienen retos fuertes de liquidez y la cartera vencida se ha aumentado a más de un tercio de las organizaciones según un estudio que hicimos en México con el equipo de TMH Consulting & Investment Group en junio. Además, la falta del acceso a créditos con tasas razonables y la mencionada ausencia de apoyos fiscales han agravado la situación para los empresarios/as en el país. Mantener empleos es un reto que muchas compañías no pueden superar aunque quisieran.
Aún así, Graciela Márquez Colín, titular de la Secretaría de Economía, afirma que no van a dejar morir a la PyMEs y señala las oportunidades que existen a causa del T-MEC. Es muy cierto que el T-MEC es sumamente importante para México porque da certidumbre y oportunidades a largo plazo para la región. Seguramente podemos ver tasas de crecimiento del comercio entre Canadá, Estados Unidos y México. Las dudas son ¿qué tanto y cuándo puede crecer el comercio ante el escenario del Covid-19? Hay que recordar que con la entrada en vigor del TLCAN en 1994, el comercio de bienes entre México y sus dos socios comerciales creció más de 600 por ciento con EUA y más de 800 por ciento con Canadá (de 1993 a 2019). En este periodo el comercio de México en la industria automotriz se multiplicó por 14 desde la entrada del TLCAN. El comercio de vehículos ligeros ascendió a 60 mil 916 millones de USD. El comercio de autopartes ascendió a 65 mil 369 millones de USD. El sector agroalimentario ha capitalizado las oportunidades de exportación con un comercio total de 65 mil 369 millones de USD.
¿Veremos estas tasas y estos montos de crecimiento en el futuro?
A corto plazo seguramente que no. A largo plazo, el T-MEC con su duración de 16 años y con opción de extenderlo, probablemente sí brindará crecimiento y oportunidades porque la región acumula $25.9 billones de USD, correspondiendo al 18.3 por ciento del PIB mundial (en 2019). A nivel de comercio entre los tres países eran $1.17 billones de USD, 16.9 por ciento del comercio en el mundo.
El capítulo 25 del nuevo tratado incluye la creación del Comité de Asuntos de Pymes, el denominado Diálogo Pymes. Así, el T-MEC reconoce que las pequeñas y medianas empresas más las microempresas contribuyen significativamente al crecimiento económico, empleo y desarrollo. La clave será la participación de la generación joven talentosa de México en esto. Dentro del ámbito de la digitalización y la industria 4.0 los jóvenes necesitan encontrar empleos y emprender. Pero de nuevo, es un panorama a largo plazo y que bueno que se toman en cuenta tanto la juventud y las compañías mexicanas pequeñas, ojalá logrando que fiscalmente haya una mayor integración de estos nuevos participantes económicos.
Considero que el T-MEC es crucial pero no es la única solución de fondo ni debe ser el principal argumento de la Secretaría de Economía para ayudar a las PyMEs en este momento.
Las PyMEs deben sobrevivir la crisis y buscar mejorar su competitividad. México salió en el reciente ranking de la universidad IMD (World Competitiveness Center) en el lugar 53. Es urgente hacer más competitivas a las compañías mexicanas, en especial a las PyMEs ya que más del 95 por ciento de las empresas en México son PyMEs o Micro. La clave esta ahí en la microeconomía de desarrollarla y con mejores prácticas de negocio lograr generar productos y servicios con mayor valor agregado.
Participar y aprovechar el T-MEC no se hace de hoy a mañana y un problema es que muchos políticos no lo entiendan en su totalidad. Una encuesta del INEGI de la administración anterior sobre productividad y competitividad arroja datos muy preocupantes. Alrededor del 95 por ciento de las PyMEs no participan en las cadenas globales de valor. Más alarmante aún son las razones por las que no participan. El 35 por ciento no participa por falta de información y a 16 por ciento no les interesa. Los beneficios de participar en cadenas productivas globales son muy prometedores porque incluyen acceso a otros mercados, acceso a capacitación y una exigencia natural de superarse.
Los empresarios/as son responsables, pero el gobierno debe proveer las condiciones adecuadas. El gobierno no es la solución a todo, pero tampoco debe ser el problema. Hay que ser más competitivo en cada cargo, político o empresarial. México necesita un nuevo "mindset" de competitividad.
Las empresas de Nuevo León tienen oportunidades de crecimiento a mediano plazo, pero tienen que prepararse y certificarse aún más. En la industria automotriz la certificación del IATF (International Automotive Task Force) alineada con la norma ISO corresponde a una lista de requisitos estrictos para asegurar la calidad. Esto permite a una organización formar parte de la cadena de proveeduría automotriz y estar reconocida por los principales fabricantes de automóviles. A parte de la industria automotriz, Nuevo León tiene sus principales actividades productivas en el comercio, en la construcción, en la manufactura y en la fabricación de maquinaria y equipo.
¿Cómo aumentar la competitividad en estas industrias?
Con planeación estratégica, calidad, mejores prácticas financieras, mejorando el modelo de negocio (ventas&operaciones), innovación e inversión, certificaciones, gestión de negocio, mejor análisis y mayor exportación para fortalecer la microeconomía. Los parques industriales y tecnológicos del estado más la conexión con las universidades brindan un ecosistema ideal para recuperarse económicamente.
A nivel macroeconomía, los gobiernos, federal y estatal, deben fomentar la inversión pública (en especial en infraestructura) y atraer inversión extranjera directa.
Así su país, México, tendrá un futuro alentador. Aunque a mediano o largo plazo pero será un mejor futuro. Una esperanza para el sueño mexicano dejando a la siguiente generación un mejor México.
¿Tu empresa que visión tiene? ¿Cómo va a mejorar y ser más competitiva?
El autor es Managing Director TMH Consulting & Investment Group.
Opine usted: thomas.michael@tmh.com.mx
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad única de quien la firma y no hay que hacer que la postura editorial de El Financiero.