Estimado lector hoy en la actualidad los directores generales de la industria alimentaria en nuestro país tendrán que demostrar que pueden liderar sus empresas a través de una tormenta perfecta: la crisis económica provocada por la pandemia más los cambios a los empaques de los productos empacados definidos en la NOM-051. Las empresas pueden salir fortalecidas, si se tiene liderazgo, estrategia y fundamentos técnicos.
A partir del 1 de octubre de este año la industria alimentaria tendrá que apegarse a los nuevos lineamientos de etiquetado que marca la NOM-051: sellos de advertencia de exceso de varios ingredientes y la cantidad de calorías en los productos empaquetados. En una segunda etapa, (abril 2021) cambiarán tablas nutrimentales y se restringirá el uso de personajes animados entre muchos otros cambios.
Para cumplir con la fecha de arranque las empresas han comenzado a realizar análisis de laboratorio de sus productos, están rediseñando e imprimiendo los nuevos empaques y haciendo planes para el manejo de obsoletos que tendrán que destruir debido al poco tiempo que se dio para la transición y el exceso de inventarios. Todo esto representa costos y gastos importantes para las empresas que ya arrastran una situación difícil por la baja de la actividad económica debido al Covid-19. Para algunas será la gota que faltaba para derramar el vaso y liquidar la empresa.
¿Cómo afectarán estas medidas a las ventas?, en Chile se implementaron medidas similares hace tres años, y en el primero las ventas de bebidas azucaradas disminuyeron 24 por ciento y las de cereales 19 por ciento, lo que nos dan una idea del impacto que podemos esperar. No debemos hacer una extrapolación directa para las industrias en México, pero es un hecho que los consumidores reaccionarán ante los sellos… al menos en un principio, en Chile el consumo ha tendido a regresar a niveles similares a los anteriores de la implementación de los sellos.
La nueva normativa estará vigente por muchos años por lo que el director general debe asumir el liderazgo y diseñar estrategias que permitan a la empresa sobrevivir y utilizar esta circunstancia como catalizador para reinventarse, abrazar la innovación como el proceso estratégico de negocio y adaptar su empresa a las nuevas condiciones. Varias preguntas deben contestarse:
• ¿Conocemos las tendencias que adoptará el consumidor a raíz de la pandemia y los sellos?
• ¿Podemos reformular nuestros productos o desarrollar nuevos?
• ¿Contamos con el equipo humano y técnico para enfrentar estos retos?
• ¿Cómo nos reinventamos?
Será un trabajo abrumador e indispensable para que las empresas sobrevivan. No hay tiempo que perder.
Si la empresa no cuenta con todos los recursos para poder llevar a cabo el marco estratégico, el análisis de tendencias y de nuevos productos, es recomendable buscar recursos externos para ayudar a realizar estas tareas de manera eficiente. Las empresas de consultoría y las universidades son alternativas que sugerimos considerar.
Los cambios descritos llegaron para quedarse, la necesidad de innovar y reinventarse no es una moda pasajera si no una nueva manera de hacer negocios y operar que las empresas deben aprender. La carrera ya inició, ¿está preparada su empresa?.
El autor es Socio de Innovación del Despacho Elizondo Cantú, SC.
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