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Monedas Digitales, ¿una alternativa segura a las criptomonedas?

Las Monedas Digitales Emitidas por Bancos Centrales (CDBC por sus siglas en inglés) podrían resultar una opción mucho más segura que otras opciones digitales; sin embargo, aún le queda un camino por recorrer.

La CDBD es una moneda digital emitida por un banco central que, al contar con el respaldo de esta institución, se vuelve una herramienta totalmente bancarizada y regulada.

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Alrededor de 65% de los adultos en México carece de una cuenta bancaria y se estima que siete de cada 10 no tienen acceso a un crédito, por lo que la emisión de una CDBC o moneda digital por parte del Banco de México (Banxico), contribuiría a desarrollar mayor inclusión financiera en el país, advierte Alexis Nickin Gaxiola.

Recientemente, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, compareció ante el Senado de la República y sostuvo que la CBDC mexicana entrará en operación en un periodo máximo de tres años.

La medida responde a la preocupación del sistema financiero por el uso creciente de las criptomonedas y sus posibles riesgos.

“La regulación que opera en estos activos es una situación que se da en mercados desarrollados como emergentes, y se ha planteado por parte de las autoridades la necesidad de regular esto. En estos grupos de bancos centrales, en los que participa el Banxico, se está revisando este tema para continuar con la protección de los participantes del sistema financiero”, advirtió Rodríguez Ceja en su momento.

A diferencia de las criptomonedas, que no son reguladas por un sistema financiero, las CBDC son una forma de dinero fiduciario digital que es emitido por el banco central de un país, en este caso Banxico, y por tanto tiene valor de curso legal en dicha nación.

Al respecto, el especialista en finanzas digitales y criptomercado, Alexis Nickin Gaxiola señala que es un gran acierto de la máxima institución financiera del país emitir una moneda digital que no solo permitirá la ejecución de pagos más rápidos y eficientes, sino que promoverá la inclusión financiera.

De acuerdo con un estudio recientemente publicado por la plataforma de investigación británica Merchant Machine, Marruecos, Vietnam, Egipto, Filipinas y México son las naciones donde la población no bancarizada es más grande.

En ese sentido, Alexis Nickin describe: “México es una de las 15 economías más grandes del mundo, con un ingreso promedio per cápita al año de 12 mil dólares, sin embargo, aún tiene un sistema financiero poco desarrollado que no ha alcanzado los niveles deseados de inclusión”, sentencia el experto mexicano.

En México, 83 por ciento de los adultos mexicanos no tiene acceso a sistemas electrónicos de pago y solo 10 por ciento ahorra a través de una institución financiera. “Estas circunstancias limitan el potencial del sector para colocar los recursos de los ahorradores en proyectos productivos que generen desarrollo económico y bienestar para la población”, indica Nickin Gaxiola.

De igual manera, estimaciones del Banco Mundial y el Banco Internacional de pagos, indican que México no sólo está rezagado en comparación con todas las economías similares en el mundo en términos de inclusión financiera, sino que su situación ha empeorado en los últimos cinco años.

“Debemos reconocer que las tecnologías emergentes que han acelerado el crecimiento de la industria Fintech, así como las recientes regulaciones en esta materia y mayores esfuerzos gubernamentales, han comenzado a cambiar esta situación, pero es necesario comprender e impulsar nuevos mecanismos de pago como las CBDC”, destaca Alexis Nickin Gaxiola.

Entre las ventajas del uso de las CBDC, el experto destaca que las transacciones efectuadas con este tipo de monedas pueden ser más seguras, inmutables y verificables, es decir, operaciones inalterables. Además, su uso no deviene intereses, lo que hace que sean útiles, pero no tan atractivas como vehículo de ahorro como los depósitos bancarios tradicionales.

“Con la nueva moneda virtual del Banco de México, se busca abrir cuentas para personas bancarizadas y no bancarizadas, ampliar posibilidades de pago en la economía, que sean rápidas, seguras, eficientes e interoperables, y contar con un activo versátil que permita la implementación de diferentes funcionalidades como mecanismos de automatización, fomentando la innovación y por tanto la inclusión”.

Finalmente, Alexis Nickin Gaxiola explica que con las CBDC los riesgos de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo son bajos, por lo que esto podría ser positivo para la inclusión financiera.