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Enfrentamientos armados en Haití obstaculizan atención de COVID-19

En Martissant, la inseguridad y el desplazamiento dificulta que las personas accedan a servicios médicos.

Del 15 al 31 de mayo se produjeron enfrentamientos en los barrios de Cité Soleil y Bel Air. (Sandra Lamarque/Médicos Sin Fronteras).

Una escalada de la violencia en la capital de Haití está poniendo en peligro las actividades médicas, dijo hoy la organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), y advierte que la atención médica no podrá mantenerse mientras los enfrentamientos armados y los robos afectan a las instalaciones médicas, los vehículos, los pacientes y el personal sanitario.

En la primera semana de junio, los enfrentamientos en el barrio de Martissant y otros distritos de Puerto Príncipe causaron muchas personas heridas y desplazaron a más de mil personas, incluyendo a pacientes y personal de MSF. Del 2 al 4 de junio, el centro de emergencias de Médicos Sin Fronteras en Martissant recibió a 42 pacientes con heridas de bala, y los casos más graves fueron trasladados al hospital de traumatología de MSF en el barrio de Tabarre. Durante el mismo periodo, el hospital de Tabarre recibió 42 pacientes en total, incluyendo a 38 con heridas de bala, obligando a MSF a aumentar su capacidad de 50 a 68 camas.

“Estamos atestiguando un deterioro extremadamente preocupante en la situación de seguridad”, afirma Alessandra Giudiceandrea, jefa de misión de MSF. “Algunos enfrentamientos armados ocurrieron cerca del centro de emergencias y las oficinas de MSF en Martissant, donde el personal tuvo que protegerse de las balas perdidas. Personas armadas robaron a dos conductores de ambulancia de MSF que se encontraban en medio de otros vehículos que viajaban desde Martissant. Para proteger a nuestro personal, hemos tenido que reducir las actividades en Martissant y centrarnos solo en casos que amenazan las vidas de las personas”.

Del 15 al 31 de mayo también se produjeron enfrentamientos en los barrios de Cité Soleil y Bel Air, durante los cuales el hospital de Tabarre atendió a 41 pacientes, incluidas 32 víctimas de la violencia, agotando la capacidad del hospital. En otro incidente, un miembro del personal del hospital de MSF en Tabarre fue asesinado a tiros el 25 de mayo mientras regresaba a casa del trabajo.

La incrementada violencia crónica se está produciendo en medio de una crisis política y económica más generalizada en Haití que afecta a las personas de muchas maneras. Los sistemas de salud se ven afectados no solo por la inseguridad, sino también por el aumento actual de casos de COVID-19, los desafíos económicos y grandes necesidades médicas.

“En un momento en el que deberíamos estar escalando las actividades debido a la COVID-19 y otras necesidades, estamos luchando por mantener abiertas nuestras instalaciones existentes debido a la inseguridad”, explica Giudiceandrea. “Pedimos a todos que respeten la necesidad de que continúen las actividades médicas”.

En Martissant, la inseguridad y el desplazamiento pueden estar obstaculizando la capacidad de las personas para acceder a los servicios médicos. Si bien el centro de emergencias de MSF en Martissant informó sobre una afluencia de pacientes con heridas de trauma después de los mayores incidentes de violencia la semana pasada, el número de pacientes ahora ha caído por debajo del promedio normal del centro.

Médicos Sin Fronteras también brinda atención a sobrevivientes de violencia sexual y basada en género en Puerto Príncipe y Gonaïves, pero el personal de la clínica ahora está atendiendo a menos pacientes, pues las personas pueden temer salir de sus hogares para buscar atención médica. A MSF le preocupa que el aumento general de la violencia en el país esté afectando la capacidad de las supervivientes de violencia sexual para buscar la atención que tanto necesitan.

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