La primera pista de que este sería el año de Italia llegó cuando la banda italiana Maneskin ganó Eurovisión en mayo. Luego vino el increíble camino de la Azzurra hacia el título de la Euro entre junio y julio. Ahora, la ‘cereza en el pastel’ llegó el 1 de agosto, cuando Marcell Jacobs ganó los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio para tomar el relevo a Usain Bolt como el hombre más rápido del mundo.
¿Y quién fue el primero en abrazar a Jacobs al cruzar la línea de meta con un récord personal de 9.80 segundos el domingo? Gianmarco Tamberi, el saltador de altura que recién había ganado el oro en su evento tras empatar con el qatarí Mutaz Essa Barshim.
El presidente del Comité Olímpico de Italia, Giovanni Malagò, describió la jornada como “el día más grande en la historia del deporte italiano”.
“Logramos algo épico y extraordinario — igual que el éxito en el fútbol — y eso está uniendo al país”, apuntó Malagò. “Hemos tenido algunas victorias épicas, como ganar el Mundial de fútbol (cuatro ocasiones), pero en términos (olímpicos), esto es algo que los nietos de nuestros nietos leerán algún día en los libros de historia”.
El éxito ofreció un respiro necesario a un país que ha pasado buena parte de los últimos 16 meses en distintos niveles de confinamiento. Italia fue el primer país fuera de Asia en recibir el impacto de la pandemia del coronavirus, y la sufrió profundamente, en especial en 2020 cuando los hospitales del norte de Italia se vieron sobrepasados por el número de pacientes y se disparó la cifra de decesos.
Italia ha registrado más de 128 mil fallecimientos por coronavirus, el peor dato entre las 27 naciones de la Unión Europea.
Malagò habló en profundidad de cómo se involucró personalmente para asegurar que atletas como Tamberi y Jacobs pudieran continuar con sus entrenamientos durante las cuarentenas.
La presión era enorme para un equipo de atletismo que no obtuvo ni una sola presea en Río 2016.
“Y ahora tenemos al hombre más rápido del mundo y al hombre que salta más alto”, comentó el directivo. “Marcello y ‘Jimbo’ enorgullecieron a todos los italianos. Las palabras no les hacen justicia”.
Con una semana por delante, Italia ya tiene 26 medallas en Tokio en todas las disciplinas, solo dos menos que las obtenidas hace cinco años.
De padre estadounidense y madre italiana, Jacobs nació en Texas. Sus padres se separaron cuando él tenía apenas 6 meses. Se mudó a Italia con su madre y no conocía a su padre, con quien reconectó hace cerca de un año por teléfono, cuando trató de conocer de sus orígenes.
Vivian Masini, la madre de Jacobs, vio la competencia de su hijo desde su casa en la localidad de Manerba del Garda, en el norte de Italia.
“Hablé con él entre las eliminatorias y la semifinal, y otra vez antes de la final”, contó Masini a Sky Italia. “Le estaban dando un masaje para liberarse antes de la final. Quería divertirse y me dijo: ‘Mamá, no te preocupes, sé lo que hago’”.
“Marcell es realmente un muy buen tipo, humilde, incluso si en ocasiones quiere ocultarlo detrás de sus tatuajes y de su comportamiento (alocado)”, añadió. “Pero es una persona muy centrada”.