TOKIO.- Japón suspendió el jueves el uso de alrededor de 1.63 millones de dosis de la vacuna Moderna después de encontrar contaminación en ampolletas no utilizadas, lo que aumenta la preocupación por la escasez de suministros mientras el país trata de acelerar la vacunación en medio de un aumento de casos de COVID-19.
El Ministerio de Salud dijo que habían detectado contaminación en varios centros de vacunación. Es posible que se hayan administrado algunas dosis, pero las autoridades dijeron que hasta el momento no se ha informado de efectos secundarios para la salud.
Takeda Pharmaceutical, la empresa farmacéutica japonesa encargada de vender y distribuir la vacuna en Japón, dijo que había decidido suspender el uso de las dosis fabricadas en la misma línea de producción como medida de seguridad.
Pidió a Moderna que llevara a cabo una investigación de emergencia y dio instrucciones a las instituciones médicas y a los organizadores para que dejaran de utilizar la vacuna producida en España, y compartió los lotes de producción que podrían estar afectados.
El fabricante español, ROVI, dijo que está llevando a cabo una investigación sobre el asunto y que también está cooperando con las autoridades.
“La detección de este material en particular se refiere a ciertas ampolletas de un lote del producto distribuido exclusivamente en Japón”, dijo la compañía en un comunicado desde Madrid.
“El origen de este incidente de fabricación puede estar en una de las líneas de fabricación de ROVI”, señala el comunicado. En él se indica que, como medida de precaución, se ha suspendido el lote en cuestión y dos lotes adyacentes. Ni las empresas ni las autoridades proporcionaron detalles sobre el posible tipo de contaminación que pudo haber estado presente en las vacunas.
El problema con la vacuna Moderna se ha producido justo cuando Japón está luchando contra un aumento de las infecciones, con nuevos casos diarios que alcanzan cifras récord en muchas partes del país y ponen a prueba el sistema de salud del país.
El Secretario del Gabinete, Katsunobu Kato, dijo a los periodistas que el gobierno y Takeda están discutiendo formas de minimizar el impacto en el progreso de la vacunación en Japón.
“Haremos todo lo posible para evitar cualquier impacto en el progreso de la vacunación, especialmente en los lugares de trabajo y grandes instalaciones”, dijo Kato.
Japón depende totalmente de las vacunas desarrolladas en el extranjero por Moderna, así como de Pfizer y AstraZeneca. Moderna ha estado realizando inoculaciones en instalaciones y lugares de trabajo grandes desde mediados de junio, y ha contribuido a acelerar el despliegue en Japón.
Alrededor del 43 por ciento de la población japonesa ha sido vacunada en su totalidad, con dosis diarias de alrededor de un millón.