Se sienten ciudadanos del planeta, creen que lo que hace uno, instituciones y empresas incluidas, repercute en todos, son conscientes de los problemas de la sociedad y de que cada uno debe ayudar a resolverlos y están hiperconectados, pero a la vez se sienten solos. Son la Generación Z.
La red global de agencias de publicidad McCann encuestó a 32 mil jóvenes nacidos después del cambio del milenio en 26 países de los cinco continentes y reunió los resultados en “La verdad acerca de la Generación Z”.
Las personas que pertenecen a esta generación son también conocidas como ‘centennials’.
Se trata de un completo estudio que cobra un interés adicional por haber sido realizado durante la pandemia de COVID-19, que ha hecho aún más evidente que a las personas nos afecta lo que sucede en cualquier lugar del globo, tal y como piensan las y los “Z”, dice a Efe Josafat Solís, director regional de Estrategia para América Latina y el Caribe en McCann Worldgroup.
Los resultados indican que no hay grandes diferencias por regiones. “Hay mucha consistencia en la Generación Z”, subraya Solís en una entrevista en Miami para presentar este informe dirigido a ayudar a las marcas a llegar a estos jóvenes post-mileniales.
La deuda de las marcas
Al respecto menciona que para las y los “Z” tan importante como el producto o los servicios es lo que las empresas que los fabrican o los proveen hacen o dejan de hacer por lo que a ellos les preocupa, sea el medio ambiente, la diversidad o la sostenibilidad.
“La deuda de las marcas con ellos es cada vez más grande”, señala Solís, de origen nicaragüense, quien advierte del riesgo de quedar “fuera de juego” si no acompañan a los “Z” en sus esfuerzos por hacer del mundo un lugar mejor.
Entre los grandes rasgos de esta generación está el no poseer un gran sentido de pertenencia al lugar y el país donde nacieron y a la vez tener una “conciencia global”.
Un 48 por ciento de todos los entrevistados para el informe dijo sentir que no pertenece a un país o cultura determinada. India (un 56 por ciento carece de sentimiento de pertenencia) y México y Filipinas (31 por ciento) son los dos extremos en este aspecto.
En Estados Unidos el porcentaje es el mismo del conjunto (48 por ciento).
Solís precisó que los y las jóvenes latinoamericanas muestran más apego u orgullo por su cultura. “Existe conciencia de ser colombiano o argentino pero no está por arriba de sentirse ciudadanos del planeta”, indicó.
Conscientes y preocupados
El “gran foco” de preocupación para la Generación Z es que sienten que la sociedad actual está en punto crítico y que el futuro es incierto, pero aun así temen más que las cosas se queden como están a que se produzca un cambio drástico.
A nivel global un 50 por ciento está asustado por la posibilidad de que no se produzcan cambios, pero en Estados Unidos el porcentaje sube a un 66 por ciento y en Brasil y Alemania a un 60 por ciento.
Solís apunta que más que pesimistas son personas conscientes de los fallos de nuestra sociedad y una amplia mayoría de los y las jóvenes (64 por ciento ) cree que la mejor manera de resolver un problema es juntar a personas que parecen diferentes y piensan diferente.
Piensan así el 81 por ciento de las personas “Z” colombianas, el 75 por ciento de las mexicanas, el 70 por ciento de las puertorriqueñas y de las estadounidenses, el 69 por ciento de las argentinas, el 68 por ciento de las peruanas, el 66 por ciento de las chilenas, el 65 por ciento de las brasileñas y el 64 por ciento de las españolas.
“Es una generación -dice Solís- dispuesta a poner de su parte para que las cosas cambien, no están esperando a que alguien más lo haga por ellos”.
A todo ello se suma que estas personas están conectadas como ninguna otra generación y reciben un abundante caudal de información en tiempo real, incluyendo, obviamente, noticias falsas.
La soledad de los hiperconectados
Para la mayoría de la Generación Z, el principal beneficio de estar en las redes sociales es tener acceso a nuevas ideas. El 50 por ciento de los entrevistados respondió así.
Paradójicamente, y esto “impresionó mucho” a los investigadores, según dijo Solís, el 66 por ciento se siente solo a menudo, a pesar de estar rodeado de familiares y amigos.
En Brasil y Puerto Rico, sienten la soledad de los hiperconectados un 75 por ciento de las y los jóvenes “Z”.
Un 76 por ciento de la muestra global está de acuerdo con que “las conexiones emocionales son hoy más débiles que en el pasado”, pero en Perú, por ejemplo, son nueve de cada diez los que piensan de esa manera.
Cuando se les pregunta por lo que creen que pueden hacer para mejorar su bienestar, un 36 por ciento dice que es mejor desengancharse de los otros para centrarse en uno mismo.
El responsable de Estrategia para América Latina y el Caribe recomienda a las marcas que se preocupen de entender cómo se comportan, qué sienten y qué están demandando estos jóvenes que se mueven de “manera compacta” y tienen muy en cuenta las opiniones de influencers y las reseñas en internet a la hora de inclinarse por un producto o servicio.
A una marca le exigen calidad u otros atributos a sus productos, como cualquier consumidor. Pero los y las jóvenes “Z” le dan tanto o más importancia al compromiso de las marcas con la sociedad y a lo que hacen, de “manera creíble”, para que avance, señala Solís.