La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) emitió una normativa federal que obliga a los trabajadores de empresas estadounidenses con más de 100 empleados a vacunarse contra el COVID-19 o, al menos, realizarse pruebas semanales.
Las normas de la OSHA son un pilar clave del impulso del presidente Joe Biden para utilizar los mandatos a los empleadores para aumentar los totales de vacunación a nivel nacional. Biden ya amplió las normas a los trabajadores y contratistas federales, lo que entrará en vigencia en las próximas cinco semanas, y exigirá la vacunación sin ofrecer alternativas para las pruebas periódicas. Las normas de la OSHA, aunque menos estrictas, esencialmente extienden ese impulso al sector privado.
Biden, elegido en parte con su promesa de acabar con la pandemia, considera que la vacunación es el camino más rápido para reabrir la sociedad y la economía, incluidos los mandatos a los empleadores, las dosis de refuerzo y las vacunas para niños de 5 a 11 años que comenzaron esta semana. Alrededor del 80 por ciento de los adultos estadounidenses han recibido al menos una dosis.
El requisito publicado el jueves por la OSHA en el Registro Federal entra en vigencia el viernes. El primer plazo de cumplimiento para los empleadores —otorgar tiempo libre a los trabajadores para que se vacunen y garantizar que los que no están vacunados usen cubrebocas— es el 5 de diciembre. Los trabajadores deben estar totalmente vacunados antes del 4 de enero o realizarse pruebas.
La medida de la agencia de seguridad se anunció junto con un requisito de vacunación de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid que cubre a los trabajadores de la salud en sus 76 mil hospitales y otros centros participantes. Su aplicación también comienza el 4 de enero.
La norma temporal de emergencia, que la OSHA justificó citando el “grave peligro” que representa la persistente pandemia de coronavirus, exige a los empleadores cubiertos que desarrollen, apliquen y hagan cumplir una política de vacunación obligatoria contra el COVID-19 o una política que exija a los empleados elegir entre vacunarse o someterse a pruebas periódicas de COVID-19 y usar una cubierta facial en el trabajo.
Además de exigir a los empleadores que otorguen tiempo libre remunerado a los trabajadores para que se vacunen, las normas de emergencia sanitaria también obligan a concederles una licencia por enfermedad remunerada para que se recuperen de los efectos secundarios, dijeron los funcionarios.
Los empleadores que no cumplan la norma más reciente de la OSHA podrían ser citados por la agencia y enfrentar una multa de hasta 13 mil 653 dólares por cada infracción grave. Una infracción deliberada, es decir, un empleador que ignora deliberadamente el mandato, podría dar lugar a una multa de hasta 136 mil 532 dólares.