WASHINGTON,D.C.- La ola de ómicron que recorrió Estados Unidos durante el invierno reforzó sus defensas y le dio protección suficiente contra el COVID-19 de modo que oleadas futuras probablemente requerirán muchos menos trastornos de la vida social. “Hemos cambiado”, dijo Ali Mokdad, profesor de métrica de salud en la Universidad de Washington, en Seattle. “Hemos estado expuestos a este virus y sabemos enfrentarlo”.
“Tengo la esperanza de que si hay un pico en el verano, aumentarán los casos, pero no las hospitalizaciones y las muertes”, dijo Mokdad, cuyo Instituto de Métrica de Salud y Evaluación calculó al 73 por ciento de los estadounidenses inmunes a ómicron.
La mitad de la población ha recibido la dosis de refuerzo. Ha habido casi 80 millones de casos confirmados en general y muchos más que no se han denunciado. “Un modelo calcula, sobre la base de esos y otros factores, que el 73 por ciento de los estadounidenses son, por ahora, inmunes a ómicron, la variante dominante, cifra que llegaría a 80 por ciento a mediados de marzo”, agregó Mokdad.
“Esto prevendrá o acortará nuevas enfermedades en gente protegida y reducirá la cantidad de virus en circulación, lo que probablemente mitigará las nuevas oleadas”, concluyó.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomendaba una cuarentena de 14 días en lugares con alta incidencia de la pandemia, redujo ayer este tiempo a siete días, en el contexto de la actual ola ligada a ómicron.
“La cuarentena puede reducirse a siete días en contactos que no muestren síntomas y hayan dado negativo en test PCR o de antígenos”, indicó.
Este tiempo podría elevarse a 10 días en sitios donde el acceso a test es más difícil.