En la India, existe, desde hace mucho tiempo, un grupo religioso de personas asignadas varones al nacer que se refieren a sí mismas en femenino y suelen vestir con prendas tradicionales femeninas: Las hijras.
Se dice que la comunidad hijra se remonta a la antigüedad. Las hijras crearon sus propias comunidades donde viven y trabajan juntos en hogares conocidos como hamaams , ya que están excluidos de la sociedad en general. A menudo huyen de sus familias biológicas cuando son adolescentes debido al abuso por su expresión de género o su sexualidad percibida. Las hijras suelen vivir en zonas urbanas, pero también los hay que viven en zonas rurales.
Las personas hijras suelen hacer trabajo sexual y solicitar dinero porque están excluidas de otros sistemas educativos y de empleo.
Entre el público en general, las hijras son quizás más conocidas por sus actuaciones no invitadas en ocasiones ceremoniales, como bodas y celebraciones de nacimientos, donde solicitan grandes donaciones.
En 2014, India reconoció a las hijras y otras personas no conformes con el género como parte de una categoría de “tercer género”. Sin embargo, a pesar del fallo judicial y la divulgación de las organizaciones no gubernamentales, los hijras siguen siendo una comunidad estigmatizada y marginada.
Mujeres trans y personas hijra en India
Al mismo tiempo, en toda la India está creciendo el número de personas que se identifican como mujeres transgénero.
Las representaciones de los medios muestran a las mujeres trans disfrutando de nuevas oportunidades y progreso social. Por el contrario, las representaciones populares de hijras les muestran asociados con trabajos estigmatizados, pobreza y atraso.
La mayoría de las mujeres trans son de clase trabajadora. Estas mujeres trans buscan un tipo de movilidad ascendente y respetabilidad que a menudo se les niega a las hijras. Lo hacen en parte al enfatizar las formas en que son diferentes de los hijras.
Las mujeres trans se posicionan a sí mismas como pertenecientes a la clase media respetable, en contraste con las hijras, que enfrentan una estigmatización arraigada en la sociedad. Lo hacen adoptando marcadores de clase media como la educación y las afirmaciones de ser “modernos”.
Liz Mount, profesora asistente de sociología en Flagler College, realizó una investigación sobre este tema en la que conversó con más de 74 personas, entre ellas, una joven tímida que vestía un sari verde oscuro de la comunidad hijra. Antes de que pudiera responder, una amiga suya intervino y explicó: “Las personas que están… viviendo en los hamaams, siguiendo la tradición de los hamaams, se llaman hijras. Ella es una chica moderna; ella es educada, ella es alfabetizada. Se llama transgénero”.
Muchas mujeres trans con las que habló hondaron sobre trabajar en “trabajos de oficina”, refiriéndose a trabajos administrativos, especialmente con ONG. El empleo de oficina es importante porque permite a las mujeres trans la respetabilidad de clase media, que no está disponible para las hijras.
Suma, una mujer trans de poco más de 30 años, explicó cómo ese empleo se conectaba con el deseo de un estatus de clase media. Observó: “Todo el mundo tiene que trabajar, pero la dignidad es muy importante. La mendicidad y el trabajo sexual no te aportan ninguna dignidad”.
‘No soy hijra’
La distinción entre reclamar una identidad de mujer trans o una identidad hijra es quizás más evidente en una serie de fotos de medios en línea de 2016 titulada “No soy hijra“.
Las 16 fotografías de la serie muestran principalmente a personas trans femeninas sosteniendo carteles que reivindican identidades trans y enfatizan su diferencia con las hijras. Estas personas trans enfatizan cómo su estatus laboral y, por lo tanto, de clase, es un marcador clave de esta diferencia.
Para estas mujeres trans, identificarse como transgénero y no como hijras es importante para la movilidad ascendente. Quieren ser entendidos como diferentes de los hijras, porque los hijras son estigmatizados y excluidos.
Desafortunadamente, en su búsqueda de respeto, las mujeres trans terminan reforzando el estigma y las desigualdades que sufren las hijras.
* Puedes leer aquí el artículo original.
*Escrito por Liz Mount, profesora de Sociología del colegio Flagler.
*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.