Los supermercados, los centros comerciales y los restaurantes de Shanghái reabrirán con limitaciones a partir del lunes, anunciaron autoridades, aunque no queda claro si los habitantes podrán salir de sus casas.
El vicealcalde Chen Tong anunció el domingo que reabrirán los supermercados, los centros comerciales y las farmacias aunque con medidas para “reducir el flujo de personas”.
También podrán reabrir los mercados agrícolas aunque con medidas para que las transacciones se hagan “sin contacto humano”. Los restaurantes podrán reabrir pero solo para ofrecer comida para llevar.
Sin embargo, el departamento de transporte de Shanghái avisó que el tren subterráneo quedará cerrado. No se sabe cuándo se reanudará ese servicio.
Los habitantes de Shanghái esperan tensos para saber cómo se aplicarán las nuevas medidas. Si bien el confinamiento colectivo oficialmente comenzó en marzo, hay habitantes que llevan encerrados desde mucho antes.
Las autoridades de Shanghái habían avisado que la ciudad de 25 millones de habitantes reabriría gradualmente, pero las restricciones regresaron incluso cuando los casos de COVID disminuyeron.
Los habitantes que han recibido permiso para regresar a sus trabajos han sido colocados en un “sistema cerrado” similar al usado para los Juegos Olímpicos. Eso significa que no pueden regresar a sus casas sino que deben vivir en sus oficinas.
China reportó mil 718 casos de COVID-19 de transmisión local el domingo, aunque la gran mayoría eran sin síntomas.
El estricto confinamiento impuesto hace siete semana en la ciudad, que se ha levantado y reforzado en algunas ocasiones para frustración de sus residentes, forma parte de la política de “cero COVID” del gobernante Partido Comunista. Estas medidas tienen un costo económico cada vez más elevado y hasta la Organización Mundial de la Salud dice que puede ser insostenible.
El objetivo en Shanghái es lograr la “eliminación (del virus) en la sociedad”, lo que significa que los nuevos positivos se darían entre personas ya aisladas, apuntó el teniente de alcalde de la ciudad, Wu Qing, en una conferencia de prensa. Esto permitiría una “apertura ordenada, un flujo (de población) limitado y una gestión diferenciada”, agregó.