Estados Unidos cerrará el miércoles la última vía para que Rusia pague miles de millones de dólares en deuda a inversores internacionales, lo que casi inevitablemente provocará un incumplimiento de pagos de parte de Rusia por primera vez desde la revolución de 1917.
El Departamento del Tesoro informó el martes que no planea renovar la licencia que permitía que Rusia siguiera pagando a sus acreedores a través de bancos estadounidenses.
Desde las primeras rondas de sanciones, el Departamento del Tesoro ha otorgado a los bancos una licencia para procesar cualquier pago de bonos rusos denominados en dólares. Ese plazo se vence a la medianoche del 25 de mayo.
Había ya indicios de que el gobierno de Biden no estaba dispuesto a extender el plazo. En una conferencia de prensa antes de las reuniones de ministros de finanzas del Grupo de los Siete en Koenigswinter, Alemania, la semana pasada, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que el plazo existía “para permitir un periodo de transición ordenada y para que los inversionistas pudiesen vender títulos”.
“La expectativa era que el periodo fuese limitado”, precisó.
Sin dicha licencia, Rusia no tendría la capacidad para pagar a bonistas internacionales. El Kremlin ha estado usando a JPMorgan Chase y Citigroup como conductos para pagar sus obligaciones.
Jay Auslander, un prominente abogado de deuda soberana que litigó previamente otras crisis de deuda, como la de Argentina, dijo que en este punto la mayor parte de los inversionistas institucionales en deuda rusa muy probablemente han vendido sus títulos, a sabiendas de la expiración del plazo. Los que aún poseen las deudas son inversionistas especializados en deuda en incumplimiento o aquellos dispuestos a litigar durante años.
“La mayoría de los que querían salirse ya lo hicieron. El único problema es encontrar compradores”, señaló.
“El Kremlin parece haber previsto la probabilidad de que Estados Unidos no le permitiría a Rusia seguir pagando sus deudas. El Ministerio de Finanzas ruso prepagó el viernes dos bonos que se vencían este mes, para adelantarse al plazo del 25 de mayo.
Los próximos pagos que Rusia tendrá que hacer en sus deudas se vencen el 23 de junio. Al igual que otras deudas rusas, esos bonos tienen un periodo de gracia de 30 días, lo que haría que Rusia entre en impago para finales de julio, a menos que, improbablemente, la guerra en Ucrania concluya antes de ello.
Desde hace meses, los inversionistas han estado casi seguros de que Rusia caerá en incumplimiento de pagos. Los contratos de seguros que cubren la deuda rusa han estimado una probabilidad de 80 por ciento de impago desde hace semanas, y agencias de calificación de crédito como Standard & Poor’s y Moody’s han colocado la deuda del país en territorio basura.
A estas alturas, un impago ruso tendría un impacto mínimo en la economía mundial, dijo Auslander, ya que Rusia lleva meses aislada de los mercados financieros mundiales y los inversores han estado esperando un impago.