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Abortos tardíos, el otro ‘calvario’ que enfrentan mujeres en EU para interrumpir el embarazo

Una joven que fue violada aseguró que no sabía que estaba embarazada hasta meses más tarde, por lo que tuvo que tomar un avión a Nuevo México para abortar.

Para algunas mujeres, las demoras para descubrir si están embarazadas son el primer obstáculo. (Bloomberg)

Christina Taylor ya tenía dos hijos cuando se quedó embarazada del tercero. Todo iba bien al principio, y ella estaba deseando recibir al nuevo bebé en la familia.

Entonces, en la semana 20 de embarazo, Taylor acudió a un control de ultrasonidos y anatomía básica.

Fueron las peores noticias. El bebé no tenía riñones ni vejiga, y no había líquido amniótico. Era probable que el bebé no sobreviviera al embarazo, o muriera poco después de nacer.

“Tuve la opción de esperar y ver cuándo moría, y después, ya sabe, dar a luz a un bebé muerto. Pero sabía que no podía hacer eso”, dijo Taylor.

Por suerte, el aborto es legal en Colorado, sin límites de gestación. Taylor siguió adelante con lo que en términos médicos se conoce como un aborto tardío.

Los abortos practicados cuando el embarazo está avanzado son poco habituales, especialmente dada la disponibilidad de medicación para interrumpir los embarazos al principio.

En gran parte de Estados Unidos, estos medicamentos son cada vez más difíciles de conseguir.

Muchos estados tienen leyes que requieren un periodo de espera o un ultrasonido antes de abortar. Si la Corte Suprema de Estados Unidos revoca la decisión de 1973 en el caso Roe contra Wade que legalizó el aborto, las mujeres enfrentarán aún más trabas en algunas partes del país y podrían tener que viajar a otro estado para acceder a un aborto.

Eso implica que más mujeres podrían tener que pasar por la intervención más tarde de lo que desearían.

“No es porque la gente no quiera hacerlo antes”, dijo la doctora Diane Horvath, ginecóloga en Baltimore, Maryland, y que realiza abortos desde hace 16 años. “Es porque las barreras y la nueva información les hacen tener que retrasarlo más tarde en su embarazo”.

Casi el 93 por ciento de los abortos legales realizados en Estados Unidos en 2019, el año más reciente con datos disponibles, se produjo en las 13 primeras semanas del embarazo, o el primer trimestre, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. En torno al 6 por ciento se realizó entre la semana 14 y 20, y menos del 1 por ciento, a partir de la semana 21, en el tercer trimestre.

Para algunas mujeres, las demoras para descubrir si están embarazadas son el primer obstáculo.

“Todo el mundo cree que los embarazos se revelan de la misma forma. No tienes el periodo, vomitas, te haces una prueba y a las cinco semanas, sabes que estás embarazada. Y sencillamente así no es como es la vida para mucha gente”, dijo Erika Christesen, fundadora de PatientForward, una organización sin fines de lucro que ayuda a la gente a acceder a abortos tardíos.

Jenn Chalifoux, que ahora tiene 30 años y estudia derecho en la Universidad de Colorado en Boulder, se quedó embarazada en 2010, cuando tenía 18 años y estaba hospitalizada por un trastorno alimenticio en Nueva York.

No había tenido el periodo, pero ese un síntoma habitual para los pacientes de trastorno alimenticio restrictivo. Además, tomaba anticonceptivos.

Para cuando se hizo una prueba de embarazo y contactó con Planned Parenthood, le dijeron que era demasiado tarde para un aborto por medicamentos y que necesitaría una intervención quirúrgica.

Tras asistir a una primera cita en un hospital para prepararse para el procedimiento, otro ultrasonido reveló que el embarazo estaba más avanzado de lo que parecía en principio. En total, Chalifoux dijo que había pasado un mes desde que supo que estaba embarazada hasta que pudo abortar, unos días después de cumplir 19 años.

Como descubrió Chalifoux, el costo de un aborto aumenta de forma considerable conforme pasa el tiempo, desde unos pocos cientos de dólares a miles en el segundo trimestre e incluso decenas de miles más adelante.

Una joven que fue violada en 2020 dijo que no había sabido que estaba embarazada hasta meses más tarde y vio cómo el costo de su aborto aumentaba de forma considerable en las semanas que tardó en descubrir que era demasiado tarde para acceder a la intervención en Houston, donde vivía.

Estaba en el tercer trimestre para cuando subió a un avión a Nuevo México, sola, para interrumpir su embarazo, en la semana 27.

La mujer, a la que AP no identificó porque es una víctima de agresión sexual, recibió ayuda de PatientForward, un grupo sin fines de lucro que defiende el derecho al aborto.

Para estas mujeres y para las personas que buscan abortos tardíos, los motivos son tan variados como en los abortos más tempranos, y a menudo están fuera del control de las afectadas.

“Es muy difícil conseguir un aborto en este país”, dijo Christensen. “Y la idea de que la gente puede buscar tratamiento para una fecha concreta en cierto modo está basada en mitos de que tenemos toda la información que necesitamos en un momento determinado, y que vivimos en entornos iguales con acceso igual a recursos y sanidad. Nada de eso es cierto”.

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