La reina Isabel II estuvo alegre en el balcón del Palacio de Buckingham el jueves, cuando recibió ovaciones de decenas de miles de personas que la acompañaron al iniciar cuatro días de celebraciones por sus 70 años en el trono.
Sus admiradores llevaban banderas británicas, sombreros de fiesta y tiaras de fantasía. Algunos acamparon durante la noche con la esperanza de ver a la monarca de 96 años, cuyas apariciones son cada vez más esporádicas, así como el desfile del estandarte, conocido en inglés como Trooping the Color, un desfile militar que celebra el cumpleaños oficial de cada soberano británico desde 1760.
Fue una explosión de alegría de una enorme multitud, una de las primeras grandes congregaciones desde que comenzó la pandemia de COVID-19 hace más de dos años.
“Todos tienen la misma misión”, dijo Hillary Mathews, de 70 años, quien viajó desde Hertfordshire, a las afueras de Londres. “Todos los horrores que han pasado en el mundo y en Inglaterra en este momento, se quedan atrás de nosotros por un día, y simplemente podemos celebrar de verdad a la reina”.
Isabel, quien se convirtió en reina a los 25 años, es la monarca con el reinado en servicio más largo y la primera en llegar al hito de siete décadas en el trono.
La reina disfrutó el momento. Con una sonrisa, conversó con su bisnieto, el príncipe Luis, de 4 años, quien ocasionalmente se cubrió los oídos mientras 70 aviones de combate antiguos y modernos sobrevolaban el palacio para saludar a su abuela. La exhibición de seis minutos incluyó una formación de los jets de combate Typhoon para dibujar un número 70 en el cielo.
La reina, con un vestido azul grisáceo claro diseñado por Angela Kelly, estuvo acompañada en el balcón por más de una decena de miembros de la realeza, aunque no estuvieron el príncipe Enrique y su esposa Meghan, quienes renunciaron a sus deberes reales hace dos años. La pareja viajó a Londres desde su residencia en California con sus dos hijos pequeños para participar de manera discreta en las celebraciones, y vio el desfile del jueves con otros miembros de la familia.
No aparecieron en el balcón, pues la monarca decidió que sólo los miembros en servicio de la familia real deberían tener ese honor. La decisión también excluyó al príncipe Andrés, quien renunció a sus deberes reales en medio de la polémica por su vínculo con el fallecido criminal sexual convicto Jeffrey Epstein.
Andrés también se perderá una misa de acción de gracias el viernes en la Catedral de San Pablo en Londres, pues dio positivo a COVID-19.
El jubileo será conmemorado con cuatro días de celebraciones y eventos que incluyen un concierto en el Palacio de Buckingham el sábado, y un espectáculo de miles de artistas de escuelas y grupos comunitarios del país el domingo.
También habrá miles de fiestas callejeras en todo el país, repitiendo una tradición que comenzó con la coronación de la reina en 1953.
Pero no todos están celebrando en Gran Bretaña. Muchos aprovecharon el fin de semana largo para irse de vacaciones. Asimismo, 12 manifestantes fueron arrestados el jueves tras sobrepasar barreras dentro de la ruta del desfile. El grupo Animal Rebellion se adjudicó la protesta, que dijo que era para “exigir que la tierra real sea reclamada”.
El jubileo le ha dado a mucha gente, incluso a aquellos que suelen ser indiferentes a la monarquía, una oportunidad para reflexionar sobre el estado de la nación y los enormes cambios que han ocurrido durante el reinado de Isabel.
El exprimer ministro John Major, uno de los 14 primeros ministros en función durante el reinado de Isabel, dijo que la estoica presencia de la monarca ha ayudado a dirigir el país durante décadas.
“La reina ha representado nuestra mejor versión durante 70 años”, dijo a la BBC.
En un mensaje escrito con motivo del Jubileo, la reina dio las gracias a los británicos y ciudadanos de la Mancomunidad de Naciones que participaron en la organización de celebraciones. Para muchos, la ocasión es la primera oportunidad de un gran festejo desde que comenzó la pandemia.
“Sé que se crearán muchos recuerdos felices en estas ocasiones festivas”, dijo Isabel. “Me sigue inspirando la buena voluntad que se me ofrece, y confío en que los próximos días darán una oportunidad para reflexionar sobre todo lo conseguido durante los últimos 70 años, mientras miramos al futuro con confianza y entusiasmo”.
Macron, Biden y el papa Francisco felicitan a la reina Isabel II
Isabel fue felicitada por líderes mundiales, incluyendo el papa Francisco y el presidente de Estados Unidos Joe Biden. El presidente francés Emmanuel Macron, describió a Isabel como “el hilo de oro que une a nuestros dos países”, y el expresidente Barack Obama recordó la “gracia y la generosidad” de la reina durante su primera visita al palacio.
“Su vida ha sido un regalo, no sólo para el Reino Unido, sino para el mundo”, dijo Obama en un mensaje por video, y agregó: “Que la luz de su corona siga reinando suprema”.
Las ovaciones se escucharon igual que los cascos sobre el asfalto el jueves, cuando carruajes llevados por caballos condujeron a miembros de la familia real incluyendo a la esposa del príncipe Guillermo, Catalina, y sus hijos, el príncipe Jorge, de 8 años, la princesa Carlota, de 7, y el príncipe Luis, del Palacio de Buckingham al Horse Guards Parade, una zona para desfiles ceremoniales a un kilómetro (0,6 millas) de donde se realiza el Trooping the Color.
La tradición anual es una representación ceremonial de la forma en la que los estandartes, o colores, se mostraban a los soldados para asegurarse de que reconocieran un punto crucial de redada si se desorientaban en combate.
El príncipe Carlos tuvo un papel clave durante el evento al sustituir a su madre en ciertos momentos. Isabel ha tenido problemas de movilidad recientemente, y sus cortesanos han sido cuidadosos para que todo sea lo más sencillo posible para ella, permitiendo que Carlos asuma más funciones.
Ataviado con su uniforme militar ceremonial, Carlos llegó a caballo al terreno del desfile y saludó a las tropas que pasaban frente a él con sus túnicas escarlata y sus sombreros altos tradicionales, conocidos como bearskin. Carlos estuvo flanqueado por su hermana, la princesa Ana, y su hijo, el príncipe Guillermo.
Decenas de miles de lugareños y turistas se formaron en la ruta entre el palacio y la zona del desfile militar para participar en el espectáculo y sentir el ambiente.
“Estuve justo enfrente.... Estoy muy orgullosa de la reina”, dijo Celia Lourd, de 60 años. “Ella ha sido mi reina toda la vida, y creo que le debo mucho por el servicio que ha dado al país, así que quería venir a mostrar mi apoyo hoy y decir gracias”.