Tres meses después de que McDonald’s suspendió sus operaciones en Rusia, cientos de personas se congregaron el domingo en su antiguo y famoso establecimiento en la Plaza Pushkin de Moscú para la reapertura del restaurante bajo un propietario ruso y con un nuevo nombre.
En marzo, McDonald’s suspendió las operaciones de sus restaurantes operados por la compañía en Rusia. Aunque algunos establecimientos operados por franquicias siguieron abiertos, la acción por parte de la cadena de comida rápida multinacional fue una de las respuestas más visibles por parte de compañías extranjeras a la invasión rusa de Ucrania.
Dos meses después, McDonald’s decidió salir por completo de Rusia y vendió sus 850 restaurantes a Alexander Govor, quien tenía licencias para 25 franquicias en Siberia.
Govor está apurándose para reabrir los restaurantes cerrados. Apenas un par de horas antes de que el restaurante ubicado en la Plaza Pushkin abriera, el nombre de la nueva cadena rusa fue anunciado: Vkusno-i Tochka (Delicioso y Punto).
El logotipo es diferente, pero aún recuerda los famosos arcos dorados: un círculo y dos óvalos amarillos que representan una carne de hamburguesa y unas papas fritas, configurados en una M estilizada.
Se tenía previsto que 15 de los antiguos establecimientos de McDonald’s reabrieran sus puertas en Moscú el domingo. Oleg Paroev, el director general de la cadena, comentó que pretenden tener más de 200 abiertos para fin de mes.
Como parte del acuerdo de venta, cuyos términos monetarios no se dieron a conocer, la nueva operación acordó mantener a los 62 mil empleados de McDonald’s antes de su salida del país.
Reapertura como simbolismo político
A pesar del gran tamaño y energía de la multitud en el establecimiento de la Plaza Pushkin, no se compara con la cantidad de gente que asistió para la apertura de McDonald’s en 1990, cuando la gente esperó formada durante horas. En ese entonces, McDonald’s tenía una resonancia psicológica y política que iba más allá de las hamburguesas.
La apertura de ese tiempo fue la primera muestra que la mayoría de los moscovitas tuvieron del consumismo y la eficiencia de los servicios occidentales, así como una señal de que la Unión Soviética estaba bajando lentamente la guardia y permitiendo la entrada de la cultura extranjera en el país.
El domingo, ese simbolismo anterior resonó en la reapertura con una nota de nostalgia.
“Este es un lugar histórico, el restaurante insignia de McDonald’s”, comentó Govor a los reporteros. “Estoy seguro de que será el establecimiento insignia para nosotros”.