La Policía de Highland Park identificó a Robert E. Crimo III como sospechoso por el tiroteo en un desfile para conmemorar el Día de la Independencia en Chicago que, hasta el momento, ha dejado un saldo de seis personas muertas.
Lou Jogmen, jefe de la policía, señaló que el individuo debe considerarse como “armado y peligroso”.
Los oficiales se negaron a responder preguntas sobre cómo identificaron a Crimo. Las autoridades señalaron que el sospechoso tiene un automóvil como Honda Fit plateado con matrícula DM 80653 de Illinois.
El tiroteo de este lunes 4 de julio fue el último que vino a sacudir los rituales de la vida estadounidense. Las escuelas, las iglesias, las tiendas de comestibles y ahora los desfiles comunitarios se han convertido en un ‘campo de tiro’ en los últimos meses. Esta vez, el derramamiento de sangre se produjo cuando Estados Unidos trataba de encontrar motivos para celebrar su fundación y los lazos que aún lo mantienen unida.
El sospechoso, que sigue en fuga, usó un “rifle de alta capacidad” para disparar contra el público en un acto “muy aleatorio”, “muy intencional” en un día “muy triste”, añadió Christopher Covelli de la Policía del condado de Lake, al que pertenece Highland Park.
De acuerdo con las autoridades, el sospechoso disparó desde un tejado donde dejó el arma con la que asesinó a al menos seis personas.
“Todo indica que era muy discreto y que era difícil verlo”, detalló Covelli.
‘Ningún lugar es seguro’
El tiroteo ocurrió en un lugar de la ruta del desfile donde muchos residentes habían apartado puntos de observación privilegiados para la celebración del Día de la Independencia. Docenas de balas disparadas provocaron que cientos de asistentes al desfile, algunos visiblemente heridos, huyeran por sus vidas.
“No hay un lugar seguro”, dijo Barbara Harte, de 73 años, residente de Highland Park, quien se había mantenido alejada del desfile por temor a un tiroteo masivo, pero luego se aventuró a salir de su casa.
Covelli explicó en conferencia de prensa que “varias de las víctimas” murieron en el lugar y una fue llevada a un hospital y murió allí.
El doctor Brigham Temple, director médico para emergencias del Centro de Salud de la Universidad de NorthShore, declaró que el hospital de Highland Park recibió a 26 pacientes después del ataque y que todos menos uno tenían heridas de bala. Sus edades oscilaban entre los 8 y los 85 años, y Temple estimó que cuatro o cinco pacientes eran niños.
Con información de EFE