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¿Abortos en el mar? Activistas se ponen ‘creativas’ para acceder a interrupción del embarazo

Una clínica flotante en aguas federales podría ofrecer estos servicios a residentes de estados como Mississippi, Alabama, Luisiana y Texas.

(Shutterstock)

Para resolver el problema del acceso al aborto en Estados Unidos, Meg Autry está buscando inspiración en una fuente poco probable: los casinos en alta mar.

A medida que el acceso al aborto se deterioró el año pasado, Autry, obstetra y ginecóloga de la Universidad de California en San Francisco, había estado jugando con una idea de llegar a áreas donde dichos servicios médicos ya estaban muy restringidos. Cuando la Corte Suprema de EU anuló el fallo del juicio Roe v. Wade el mes pasado, se intensificó su impulso para convertirlo en realidad.

¿De qué va el proyecto? Una clínica flotante en aguas federales en el Golfo de México que brindará servicios de aborto a los residentes de los estados vecinos, incluidos Mississippi, Alabama, Luisiana y Texas, todos los cuales están dispuestos a prohibir o restringir severamente el procedimiento.

“Tenemos que ser creativos porque nuestra autonomía corporal está bajo ataque”, subrayó Autry.

¿Qué ofrecerá el buque PRROWESS?

La decisión de la Corte Suprema ha puesto en peligro el acceso al aborto para 33 millones de mujeres y personas gestantes estadounidenses y ha dejado a algunas pacientes sin otra opción que viajar seis veces más lejos para interrumpir un embarazo.

En respuesta, los defensores del derecho al aborto están ideando soluciones cada vez más creativas para tratar de “mitigar el daño”, según Andrea Miller, presidenta del Instituto Nacional de Salud Reproductiva, un grupo de defensa.


Un grupo sin fines de lucro llamado Protección de los derechos reproductivos de las mujeres en peligro de extinción por los estatutos estatales, (o PRROWESS, por sus siglas en inglés), actualmente está recaudando fondos para el barco, que tendrá como objetivo atender a alrededor de mil 800 pacientes cada seis meses y se estima que necesitará 20 millones de dólares para ser una realidad, admitió Autry.

Una vez que los fondos sean suficientes, tomará entre seis y nueve meses modernizar un barco para brindar servicios de aborto, añadió.

El buque PRROWESS ofrecerá una gama completa de servicios de salud reproductiva, incluidos abortos quirúrgicos para pacientes con hasta 14 semanas de gestación; pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual, y anticonceptivos de emergencia, según el sitio web del grupo. Su objetivo es brindar atención a bajo costo o sin costo para los pacientes, según la necesidad.

El grupo confía en la idea de que una embarcación que flote a más de tres millas náuticas de las costas del Golfo de México, donde comienzan las aguas federales, estará fuera de la jurisdicción de los estados para hacer cumplir las restricciones al aborto. Pero también se está preparando para una pelea.

“Esperamos desafíos en cada punto”, añadió Autry.

Resistencia de políticos antiabortos

La logística exacta, por ejemplo si será necesario transportar a los pacientes al barco o si atracará en las costas de un estado hostil al aborto, aún no se ha resuelto. También existen los desafíos de encontrar y contratar tripulación, proveedores de atención médica y brindarles a los pacientes suficientes garantías para que se sientan cómodas buscando los servicios del barco.

Un posible inconveniente es que los estados otorgan a los condados o municipios la capacidad de restringir el atraque en sus costas si el propósito de una embarcación no cumple con las leyes locales.

“Desde una perspectiva política, esta es una lucha rápida y fácil” para los políticos antiaborto, dijo Nicholas Creel, profesor asistente de derecho comercial en Georgia College & State University.

Otro riesgo es que los estados restrinjan a los residentes viajar a otros lugares, incluso el mar, para acceder a la atención del aborto.

La Corte Suprema de EU ha defendido el derecho de los estadounidenses a viajar de un estado a otro, y el juez Brett Kavanaugh escribió en una opinión concurrente que los estados que prohíben el procedimiento no pueden prohibir que los residentes viajen a otros estados para interrumpir sus embarazos.

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