La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, así como la Unión Europea condenaron este lunes las ejecuciones de cuatro activistas prodemocracia en Birmania (Myanmar), las primeras en ese país en más de 30 años, y exigió la liberación de todos los presos políticos.
Las penas capitales fueron aplicadas pese al llamamiento generalizado de la comunidad internacional a que la Junta Militar no llevara a cabo estas ejecuciones, señaló Bachelet, quien se mostró “consternada” por “un cruel paso atrás de un régimen militar que es un paso más en su campaña represiva contra su propio pueblo”.
“Las ejecuciones constituyen crueles violaciones en los derechos a la vida, la libertad, la seguridad y el juicio justo de las personas”, añadió Bachelet, que aseguró que estos actos “no hacen sino complicar una crisis que los propios militares han creado”.
Del lado de la Unión Europea, los 27 países condenaron de manera “firme” los hechos, y criticaron que las autoridades de Myanmar no tuvieran respeto por la vida y la dignidad de la gente.
“La Unión Europea condena firmemente las ejecuciones y expresa sus sinceras condolencias a las familias y amigos de las víctimas en duelo”, declaró en un comunicado el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en nombre de los 27.
Por su parte, el Gobierno estadounidense consideró las ejecuciones que son “un nuevo ejemplo” del desprecio del régimen de ese país a los derechos humanos.
“La farsa de juicios y estas ejecuciones son intentos flagrantes de acabar con la democracia. Estos actos nunca eliminarán la valentía de la población de Myanmar”, dijo en un comunicado el secretario de Estado, Antony Blinken.
Para el jefe de la diplomacia estadounidense, “estos actos de violencia reprobables son un nuevo ejemplo del total desprecio del régimen hacia los derechos humanos y el estado de derecho”.
Las ejecuciones en Myanmar, un ‘retroceso’
La Unión Europea que las ejecuciones “por motivos políticos” representan “un paso más hacia el desmantelamiento completo del Estado de Derecho y una nueva violación flagrante de los derechos humanos” en Myanmar.
El exministro español recordó que los cuatro individuos fueron los primeros presos ejecutados en el país asiático “en más de tres décadas”, lo cual calificó de “movimiento contrario a la tendencia general global de abolir la pena de muerte”.
También reiteró la oposición de la Unión Europea a la pena de muerte dado que se trata de “un castigo inhumano, cruel e irreversible que viola el derecho inalienable a la vida”.
Bachelet urgió al país a reinstaurar su moratoria de facto en el uso de la pena de muerte, y recordó que más del 30 por ciento de las 2 mil 100 personas asesinadas desde el golpe de estado de febrero de 2021 murieron bajo custodia militar, en su mayoría a causa de maltrato.
En otro comunicado, dos expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas se sumaron a la condena y pidieron “una respuesta inmediata” contra la Junta Militar por parte de la comunidad internacional.
Los dos expertos lamentaron que las víctimas fueran juzgadas, condenadas y sentenciadas por un tribunal militar el 21 de enero sin derecho a apelación, y al parecer, sin asistencia legal, “lo que supone una grave violación del derecho internacional humanitario”.
Entre los ejecutados se encuentran al antiguo parlamentario de la Liga Nacional para la Democracia Phyo Zeyar Thaw y el activista Ko Jimmy, condenados en enero por cargos de terrorismo a raíz de sus actividades contra la Junta.
Los otros dos son Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw, acusados de haber matado a una mujer por ser supuestamente confidente de los militares.