El gobierno de Estados Unidos considera que la muerte del líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahri, en una operación de la CIA es un enorme golpe contra la red terrorista responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Pero también hay un aspecto negativo.
El ataque con dron dejó al descubierto más evidencia de que después de 20 años de ocupación militar estadounidense y su súbita conclusión, Afganistán se ha convertido otra vez en escenario activo de grupos terroristas islámicos que buscan perpetrar atentados en Occidente.
La operación de la CIA, efectuada el fin de semana después de al menos seis meses de seguimiento a los movimientos de Al Zawahri y su familia, se concretó semanas antes del primer aniversario de la caótica salida de Estados Unidos de Afganistán.
El gobierno del presidente Joe Biden señala que la operación muestra a los estadounidenses en el país y a los aliados en el exterior que Estados Unidos no ha perdido el enfoque —ni su capacidad de atacar a los terroristas en la región-, y da validez a su decisión de poner fin con su salida a dos décadas de lucha en Afganistán.
Al anunciar el ataque desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden dijo el lunes en la noche que “se había hecho justicia” con la muerte de un líder que en las últimas semanas había grabado videos en los que incitaba a sus seguidores a que atacaran a Estados Unidos y sus aliados. Y la Casa Blanca señaló el martes que la operación era una enorme victoria contra el terrorismo.
“El presidente cumplió su palabra cuando nos fuimos. Dijo que Estados Unidos no necesitaba seguir enviando a miles de hombres y mujeres estadounidenses a pelear y morir en Afganistán”, declaró el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, al programa “Today” de la cadena NBC. “Después de 20 años de guerra para mantener seguro a este país, él dijo que seguiríamos teniendo la capacidad de atacar y eliminar a terroristas en Afganistán sin desplegar efectivos en el territorio”.
Nuevas pruebas contra Al Qaeda
Pero a medida que continúan saliendo a la luz detalles de la operación, el gobierno también reveló preocupantes pruebas de la presencia de Al Qaeda y de que el Talibán está ofreciendo de nuevo refugio a esa organización que estuvo detrás de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
Funcionarios de la Casa Blanca creen que miembros de alto rango de la Red Haqqani, un grupo terrorista islámico con fuertes vínculos con el Talibán, sabían que Al Zawahri se encontraba en Kabul. Sullivan dijo que aunque Al Zawahri no participaba en la planificación diaria cuando fue eliminado, seguía teniendo un papel activo en la dirección de Al Qaeda y suponía “una grave amenaza” para Estados Unidos y los ciudadanos estadounidenses.
Las preocupaciones de que Al Qaeda intentara reagruparse en Afganistán con el régimen talibán no son nuevas.
Antes del ataque, oficiales militares estadounidenses, entre ellos el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, había dicho que Al Qaeda intentaba reconstituirse en Afganistán, donde enfrenta un peligro limitado del actual régimen Talibán. Líderes militares han advertido que el grupo continua aspirando a atacar a Estados Unidos.
“La presencia de Zawahri en el Afganistán posterior a la retirada indica que, tal y como se temía, los talibanes están volviendo a conceder refugio a los líderes de Al Qaeda, un grupo del que nunca se ha distanciado”, dijo Nathan Sales, coordinador de la lucha antiterrorista durante la administración Trump y que ahora es miembro senior del Atlantic Council.