Ucrania indicó que nueve aviones de guerra rusos fueron destruidos en una serie de explosiones letales en una base aérea de Crimea que eran resultado de un ataque ucraniano, lo que representaría una escalada significativa en la guerra.
Rusia rechazó que alguna aeronave hubiera resultado dañada en las explosiones del martes, o que se hubiera perpetrado algún ataque. Pero imágenes satelitales mostraban claramente que por lo menos siete cazas en la base habían sido destruidos y otros probablemente dañados.
Funcionarios ucranianos se abstuvieron de adjudicarse públicamente la responsabilidad de las explosiones, y a la vez se mofaron de la explicación de Rusia de que un fumador descuidado podría haber provocado que las municiones de la base aérea de Saki se incendiaran y explotaran.
Los analistas también dijeron que esa explicación carece de sentido y que los ucranianos podrían haber utilizado misiles antibuque para atacar la base.
Si las fuerzas ucranianas fueron, de hecho, responsables de las explosiones, sería el primer ataque importante conocido contra un sitio militar ruso en la península de Crimea, que el Kremlin le arrebató a Ucrania en 2014. Los aviones de guerra rusos han utilizado Saki para atacar zonas del sur ucraniano.
Crimea tiene un enorme significado estratégico y simbólico para ambas partes. La exigencia del Kremlin de que Ucrania reconozca a Crimea como parte de Rusia ha sido una de sus condiciones clave para poner fin a los combates. Kiev se ha comprometido a expulsar a los rusos de la península y de todos los demás territorios ocupados.
Las explosiones, en las que murió una persona y 14 resultaron heridas, hicieron que los turistas huyeran despavoridos mientras columnas de humo se elevaban sobre la costa cercana. Los videos mostraban ventanas destrozadas y agujeros en los ladrillos de algunos edificios.
La turista Natalia Lipovaya dijo que “la tierra desapareció bajo mis pies” tras las fuertes explosiones. “Estaba muy asustada”, comentó.
Sergey Milochinsky, un residente de la zona, recordó haber oído un estruendo y haber visto una nube en forma de hongo desde su ventana. “Todo empezó a caerse alrededor, a venirse abajo”, recordó.
El gobernador local, Sergei Aksyonov, dijo que unos 250 residentes fueron trasladados a refugios temporales luego de que decenas de edificios de apartamentos resultaron dañados.
Las autoridades rusas trataron de restar importancia a las explosiones de este miércoles, diciendo que todos los hoteles y playas no se vieron afectados en la península, que es un popular destino turístico para muchos rusos. Pero en videos publicados en redes sociales podían verse largas filas de automóviles de turistas que se desplazaban lentamente rumbo a Rusia.
Un asesor presidencial ucraniano, Oleksiy Arestovych, dijo que los estallidos fueron causados por armas de largo alcance de fabricación ucraniana o por guerrillas ucranianas que operan en Crimea.
Un miembro del Parlamento ucraniano, Oleksandr Zavitnevich, dijo que la base aérea quedó inservible. Informó en Facebook que albergaba cazas, aviones de reconocimiento táctico y aviones de transporte militar.
Imágenes satelitales emitidas por Planet Labs PBC y fechadas el miércoles mostraban restos en zonas de la base en las que las fotos de la empresa un día antes mostraban numerosos aviones de guerra.
“Oficialmente Kiev ha guardado silencio al respecto, pero extraoficialmente los militares reconocen que fue un ataque ucraniano”, dijo el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov.
La base está al menos a 200 kilómetros (unas 125 millas) de la posición ucraniana más cercana. Zhdanov dejó entrever que las fuerzas ucranianas podrían haberla atacado con misiles antibuque ucranianos o suministrados por Occidente que tienen el alcance necesario.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, dijo que no podía determinar de forma independiente la causa de las explosiones, pero señaló que el hecho de que haya habido estallidos simultáneos en dos lugares de la base probablemente descarta un incendio accidental, pero no un sabotaje ni un ataque con misiles.
“El Kremlin tiene pocos incentivos para acusar a Ucrania de realizar los ataques que causaron los daños, ya que tales ataques demostrarían la ineficacia de los sistemas rusos de defensa antiaérea”, agregó.
Durante la guerra, Moscú ha informado de numerosos incendios y explosiones en territorio ruso cerca de la frontera ucraniana, atribuyendo algunos de ellos a ataques ucranianos. Las autoridades ucranianas han guardado silencio sobre los incidentes, prefiriendo que el mundo haga sus propias conjeturas.
Ninguna de las partes ha dado mucha información sobre sus propias víctimas. En su discurso nocturno del miércoles, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que habían muerto casi 43.000 soldados rusos.
Colin Kahl, subsecretario de Defensa de Estados Unidos, estimó el lunes que las fuerzas rusas han sufrido hasta 80 mil muertos y heridos en los combates. No desglosó la cifra con una estimación de elementos que han muerto según su rama militar ni proporcionó un recuento de víctimas ucranianas.
Por otra parte, las fuerzas rusas atacaron zonas de Ucrania en la noche del martes al miércoles, incluida la región central de Dnipropetrovsk, donde murieron 13 personas, según el gobernador de la región, Valentyn Reznichenko.
Reznichenko dijo que los rusos dispararon contra la ciudad de Marganets y un pueblo cercano. Docenas de edificios residenciales, dos escuelas y varios edificios administrativos resultaron dañados.
“Fue una noche terrible”, señaló Reznichenko. “Es muy difícil sacar los cuerpos de debajo de los escombros. Nos enfrentamos a un enemigo cruel que ejerce el terror a diario contra nuestras ciudades y pueblos”.
En el este de Ucrania, donde los combates se prolongan desde hace ocho años, un ataque ruso contra el centro de la ciudad de Bajmut, en la región de Donetsk, dejó siete muertos, seis heridos y daños en tiendas, casas y edificios de apartamentos, provocando incendios, dijo el fiscal general de Ucrania en Telegram. Bajmut es un objetivo clave para las fuerzas rusas en su avance hacia los centros regionales.
En la ciudad de Donetsk, que ha estado bajo el control de separatistas respaldados por Rusia desde 2014, la artillería ucraniana alcanzó una cervecería, lo que causó un muerto y dos heridos, informó el servicio de emergencia de los separatistas. Indicó que los proyectiles lanzados el miércoles por la noche provocaron una fuga de amoniaco y le advirtió a la gente que se mantuviera en interiores y respirara a través de gasa de algodón.
Dos residentes de la localidad de Staryi Saltiv, en la región de Járkiv del noreste de Ucrania, murieron el miércoles en un ataque ruso, según informó la policía.
En el sureste del país, las fuerzas de Moscú siguieron lanzando proyectiles sobre la ciudad de Nikopol, al otro lado del río Dniéper, desde la central eléctrica de Zaporiyia —la mayor planta nuclear de Europa— que se encuentra ocupada por Rusia. Kiev y Moscú se han acusado mutuamente de arrojarle proyectiles, avivando el temor internacional de que ocurra una catástrofe.
El miércoles, los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete le exigieron al Kremlin que devuelva inmediatamente a Ucrania el control total de la central. Dijeron estar “profundamente preocupados” por el riesgo de que se produzca un accidente nuclear con consecuencias de largo alcance.