Henry Dimbleby, conocido como el ‘zar de los alimentos’, pidió a los ciudadanos ingleses reducir el consumo de carne para evitar el colapso ecológico de Inglaterra.
¿Por qué hizo tal petición? De acuerdo con un reportaje publicado en The Guardian, actualmente el 85 por ciento de la tierra agrícola en ese país se utiliza para el pastoreo de animales o para cultivar alimentos que sirven para nutrir al ganado, esto impide que la utilización sostenible de la tierra.
“Si fallamos en esto, no cumpliremos con nuestras metas climáticas o de biodiversidad en este país. También tenemos una gran oportunidad de mostrar liderazgo de pensamiento en todo el mundo y mostrarles que esto se puede hacer, que podemos cultivar de manera sostenible y seguir alimentando a las personas”, dijo Dimbleby en entrevista con el diario británico.
En 2021, Henry Dimbleby publicó el informe Estrategia Nacional de Alimentos, en el que instaba a los médicos de Reino Unido a recetar frutas y verduras para mejorar los hábitos de alimentación de la población. Esto con el fin de mejorar la salud de la población, reducir la presión sobre la Sanidad pública y mejorar el medioambiente.
En el documento, el ‘zar de los alimentos’ advirtió que la llamada comida basura representa un problema serio en el país y subrayó que la industria de la alimentación explota el apetito por la sal, el azúcar y alimentos con grasa para crear productos que resultan difíciles de resistir.
Estos alimentos, con alto contenido en calorías, son mucho más baratos que los más saludables, lo que provoca una epidemia de mala salud a causa de una dieta pobre en nutrientes.
El informe propone gravar tres libras por cada kilo de azúcar y seis libras por cada kilo de sal vendidos al por mayor para ser utilizados en alimentos procesados o en restaurantes, lo que supondrá un fuerte incremento de costes.
El autor del documento considera que esto puede ser un incentivo para que los fabricantes reduzcan los niveles de sal y azúcar en sus productos, ya sea cambiando las recetas o reduciendo las porciones. El informe señala que esta recaudación fiscal puede ayudar a ampliar la provisión de alimentos gratuitos a los alumnos en las escuelas británicas y mejorar la alimentación de los sectores de la población con los ingresos más bajos.
Una alimentación baja en nutrientes contribuye a unas 64 mil muertes al año solo en Inglaterra y supone un coste para la economía de 74 mil millones de libras, mientras que también provoca emisión de gases contaminantes.
El texto propone ayudar a los ganaderos a realizar la transición hacia métodos más sostenibles.
“Nuestro alto nivel de obesidad ha sido un gran factor en el trágico alto nivel de muertes en el Reino Unido. Ahora debemos aprovechar el momento para construir un sistema de alimentación que sea mejor para nuestros hijos y nietos”, dijo Dimbleby.
Con información de EFE