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Atrapados en un ciclo de destrucción: Gaza bajo asedio

El trauma de violencia repetida en Gaza ha hecho un impacto discernible en la salud mental de padres y madres.

Para gazaneses como Sakhar y sus hermanos, el ciclo de guerras repetidas ha conglomerado una serie de traumas físicos y mentales.(MSF). (MSF)

Sakhar dormía cuando una bomba detonó sobre la casa de su familia en la Ciudad de Gaza y, aún así, él sabía exactamente qué estaba ocurriendo. Eso fue antes de perder la consciencia, antes de ser transportado al hospital, antes de regresar a sus sentidos y darse cuenta que, una vez más, él y su familia habían sobrevivido.

Sentado en una clínica de Médicos Sin Fronteras Gaza el 10 de agosto, cinco días después del bombardeo y dos después de que se anunció un cese al fuego, ve fotos en su celular enviadas por sus vecinos. Le enseñan fotos de él y sus hermanos inconscientes en el suelo, sus caras cubiertas de sangre y polvo de cemento. Se maravilla ante el hecho de que siguen vivos.

No es su primera vez. Sakhar, quien tiene treinta años y es padre de cuatro, sobrevivió los bombardeos de agosto 2022, pero también los de 2014 en la guerra en Gaza, donde necesitó hacerse injertos de piel. Hoy, su espalda está cubierta con carne y heridas abiertas. Ahora tiene que venir a la clínica con sus dos hermanos pequeños, pues ambos tienen quemaduras y fracturas severas, a cambiar sus vendajes.

Su familia está entre las aproximadas 350 personas de Gaza que han sufrido heridas graves debido a esta ronda de escalación del conflicto, uniéndose a muchos otros que han sido heridos o mutilados por una de las 5 guerras en Gaza que han sucedido durante los últimos 15 años. En esta ocasión, según las Naciones Unidas, 49 gazaneses fueron asesinados, incluyendo 17 niños.


El asedio a las infancias y juventudes de la guerra en Gaza

Los hermanos de Sakhar, que tienen 22 y 13 años, recuerdan cómo sus vidas han sido construidas por su cercanía con el trauma de la guerra, a pesar de moverse repetidamente de barrios para escapar la destrucción.

Mahmoud, de 22, dice: “Durante la Guerra de 2008, estaba en cuarto grado, recuerdo que como niños solíamos escuchar explosiones y verlos (cuerpos inertes)”.

“En 2012 de nuevo vimos muchos heridos y (personas muertas) perdí a muchos de mis amigos en ese momento. Luego, en (la Guerra de 2014) nuestra casa fue dañada”.

A través de los años, reflexiona, “hemos visto cosas malas y horribles, pero ninguna como esta”.


Para gazaneses como Sakhar y sus hermanos, el ciclo de guerras repetidas ha conglomerado una serie de traumas físicos y mentales. Para trabajadores de la salud también; las escenas en las salas de emergencia se han hecho demasiado familiares.

Dr. Osama Tawfiq Hamad, anestesiólogo, estaba trabajando el viernes por la noche cuando las bombas empezaron a caer sobre Gaza. Como doctor de MSF desde el 2019, él ha proveído cuidado para pacientes durante dos guerras. Él describe cómo la sala de emergencias en el hospital Al-Awda se llena en minutos, recibiendo a más de 15 pacientes, incluyendo a seis niños. Él trató a un niño que fue golpeado con una esquirla en el cráneo y a otro con un hematoma en el pecho, ambos requiriendo una cirugía de urgencias inmediata.

“En Gaza, (durante los últimos 15 años) hemos tenido 5 guerras y cada vez que hay una campaña aérea tenemos un número enorme de personas heridas que vienen al hospital al mismo tiempo. Podemos tener 50 o más pacientes en un dado momento. En estas ocasiones tenemos malas emociones, enojo y sentimientos mixtos, pero debes ser fuerte para tratar con estos casos”.

Dr. Osama señala el hecho de que a través del tiempo, para los pacientes que sobreviven, regresar al hospital para cirugías de seguimiento, fisioterapia y apoyar las heridas mentales y físicas de la guerra, se convierte una parte de sus vidas cotidianas.

Escalaciones “rutinarias” del conflicto

Su colega Shadi Al-Najjar, quien administra el departamento de fisioterapia en el Hospital Al-Awda con MSF está familiarizado con el ciclo de pacientes que llegan después de las olas de cada guerra.

“Sigo viendo pacientes de la escalación de mayo 2021, reciben rehabilitación y fisioterapia. En nuestro departamento también tenemos una gran carga de pacientes de la Gran Marcha del Regreso. Ahora estamos preparando el departamento, tanto para pacientes que se quedan o entrada por salida, para recibir a los heridos de esta escalación”.

Shadi ha regresado a trabajar, manejando su carga de casos existentes y nuevos, a pesar de su propia experiencia en el fin de semana. Su casa fue parcialmente destruida en el segundo día de la guerra, ya que la casa de sus vecinos recibió el impacto. Su familia no tuvo posibilidad de evacuar antes de que el cuarto de su hijo de 9 meses fuera dañado – lo encontró en su cuneta rodeado por vidrios y esquirlas, pero sin heridas. Dice que su hija más joven también se encuentra traumatizada.

“Ella es incapaz de dormir, llorando todo el tiempo, estoy tratando de apoyarles lo más que puedo”.

Como Shadi, Sarkher también enfatizó que una de las partes más difíciles de asimilar después de una ola de ataques está en intentar apoyar a sus hijos emocionalmente; “Mi mayor ahora tiene 5 años. Después de esta escalación, mi hijo ha estado pidiendo que detenga la guerra y siempre grita por las noches. No ha dormido por 3 noches seguidas y cuando lo logra, se despierta de pesadillas y comienza a correr. No se qué hacer o cómo ayudarle”.

Los traumas de las 5 guerras en Gaza continúan

El trauma de violencia repetida en Gaza ha hecho un impacto discernible en la salud mental de padres y madres así como de hijas e hijos. Según la OMS en 2021, 82 por ciento de los adolescentes en Gaza reportaron bajos a muy bajos en términos de bienestar mental. El reporte de Necesidades Humanitarias 2022 de la ONU señaló que más de la mitad (53 por ciento) de todos los niños en Gaza se encuentran en la necesidad de protección infantil y servicios de salud mental. Adicionalmente, 137 mil dadores de cuidado están necesitados y necesitadas de servicios de salud mental.

En los días después de la escalación, miembros del equipo de MSF y pacientes frecuentemente expresaron su preocupación por las infancias y otras personas jóvenes en Gaza que han crecido o crecerán en un ecosistema donde las escalaciones toman lugar con perturbante regularidad.

Después de que sus vendajes fueran cambiados, Wael, el hermano de 13 años de Sakhar y Mahmoud fue interrogado por un trabajador social de MSF sobre qué quiere para el futuro.

“Espero que no haya guerras en el futuro, y la calma (en Gaza) se mantenga, sin ningún bombardeo”.




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