El presidente de China, Xi Jinping, inició este miércoles su primer viaje al extranjero desde que comenzó la pandemia con una parada en Kazajistán antes de una cumbre con el presidente ruso, Vladimir Putin, y otros mandatarios de un grupo de seguridad de Asia Central.
El viaje de Xi subraya la importancia que pone Beijing en sus lazos con Rusia y Asia Central, dentro de los esfuerzos del Partido Comunista, que gobierna China, para impulsar sus ambiciones estratégicas entre tensiones con Estados Unidos, Japón e India.
Xi, vestido con un traje azul, fue recibido en la pista de aterrizaje por el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, y una guardia de honor, todos ellos con mascarillas.
El gobierno anfitrión dijo que ambos hablarían de energía y de la inestabilidad económica global. Kazajistán, un país amplio y poco poblado de 19.4 millones de personas, es un importante productor de gas y petróleo. China es uno de sus principales clientes.
Estaba previsto que Xi volara el jueves a Samarcanda, en la vecina Uzbekistán, para una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un grupo de ocho países formado hace dos décadas y liderado por China y Rusia.
Beijing y Moscú ven a la OCS como un contrapeso para las alianzas lideradas por Estados Unidos en el este de Asia.
También India, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán y Tayikistán forman parte de la OCS. Entre los países observadores están Irán y Afganistán.
El líder chino fomentará una “Iniciativa Global de Seguridad” anunciada en abril tras la formación del Quad, creado por Estados Unidos, Japón, Australia e India en respuesta a la política exterior más asertiva de Beijing. Xi ha dado pocos detalles, pero las autoridades estadounidenses denuncian que recuerda a los argumentos de Rusia para justificar su ataque a Ucrania.
Xi y Putin tenían previsto celebrar una reunión en persona y hablar sobre Ucrania, segun el asesor de política exterior del presidente ruso, Yuri Ushakov.