Rusia comenzó a organizar “votaciones” para decidir sobre la anexión de aproximadamente la quinta parte de Ucrania, que ocupa tras la invasión que comenzó en febrero de este año.
Los medios estatales rusos informaron un apoyo abrumador a la adhesión a Rusia en las cuatro regiones que sus tropas controlan parcialmente, según una encuesta de opinión publicada esta semana. En Moscú, los funcionarios prometieron actuar rápidamente para finalizar la absorción de los territorios.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó la votación como una “violación de la Carta de la ONU y el derecho internacional”.
El Kremlin ordenó los “referéndums” esta semana después de que su ejército sufriera su peor derrota ante las fuerzas armadas de Ucrania desde las primeras semanas de su invasión de siete meses. Putin ordenó esta semana una “movilización parcial”, llamando a 300 mil reservistas y reiteró las amenazas de que está listo para usar todo el arsenal militar de Rusia para proteger su “integridad territorial”.
‘Enterrando’ las negociaciones
Los funcionarios occidentales denunciaron las amenazas como irresponsables y calificaron las votaciones y la movilización como signos de desesperación del Kremlin.
Ante esto, EU prometió continuar con el “apoyo financiero y militar” a Kiev, que continúa en su contraofensiva para recuperar más territorio en manos de Rusia.
“Rusia está enterrando las perspectivas de negociaciones con sus propias manos”, dijo el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, en un discurso el jueves por la noche. Las conversaciones de paz han estado agonizando durante meses.
A pesar de la condena de la ONU, los funcionarios rusos defendieron las votaciones, indicando que estaban en línea con el derecho internacional. El país realizó un referéndum apresurado similar en Crimea en 2014, después de que ocupó esa península de Ucrania, pero solo un pequeño número de países ha seguido el ejemplo de Moscú al reconocer los resultados.
Las tropas rusas no controlan por completo el territorio de ninguna de las cuatro regiones donde se llevan a cabo las votaciones y en todas ellas se libran combates. El jefe de la autodenominada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, advirtió el jueves por la noche que la situación de seguridad empeoraba drásticamente en el norte de la región a medida que las fuerzas ucranianas avanzan, incluso cuando llamó a los residentes a votar.
Los líderes representantes del Kremlin fingieron poco suspenso sobre el resultado. Kirill Stremousov, un alto funcionario de ocupación en Jersón , dijo: “Una gran mayoría ha decidido su destino: la vida dentro de Rusia”, en un discurso de video en Telegram. Pushilin proclamó: “¡Volvemos a casa!”
Los funcionarios electorales irán de casa en casa para recolectar papeletas en los próximos días, y los lugares de votación tienen previsto abrir hasta que concluyan las votaciones el 27 de septiembre en partes de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.
‘Punto sin retorno’
El Kremlin también está distribuyendo cientos de miles de papeletas dentro de Rusia para personas desplazadas de las regiones. Además, las autoridades han dicho que utilizarán el voto electrónico.
“Hemos llegado al punto de no retorno con estos referéndums”, dijo Alexei Chesnakov, exfuncionario sénior del Kremlin y asesor sobre política de Ucrania. “Ya es imposible volver atrás. Putin le está mostrando a occidente que está listo para llegar hasta el final”.
La movilización de 300 mil reservistas, que ha provocado que una avalancha de hombres que se enfrentan al servicio militar obligatorio abandone el país, no es suficiente para cambiar el equilibrio de fuerzas y solo detendrá el avance ucraniano, dicen expertos militares rusos. Las fuerzas de Moscú se han visto afectadas por la baja moral y la escasez de equipos.
El Kremlin cuenta con interrupciones en el suministro de energía durante el invierno para presionar a Europa a que haga que Kiev pida la paz, pero el apoyo a Ucrania solo se ha fortalecido desde las victorias en el campo de batalla y la escalada de Rusia en respuesta.
Ninguna de las partes en el conflicto está lista para dar marcha atrás, lo que aumenta los riesgos de que las tensiones se salgan de control, dijo Alexander Baunov, miembro sénior de Carnegie Endowment for International Peace.
“Rusia sabe que está perdiendo”, dijo. “Si pierdes, o buscas una salida razonable o puedes amenazar con ir más y más lejos”.