Rusia bombardeó y dañó las líneas eléctricas que conectan la mayor central nuclear de Europa a la red ucraniana, por lo que la planta vuelve a depender de los generadores a gasóleo, dijo el jueves el operador nuclear estatal de Ucrania.
Los generadores tienen combustible suficiente para mantener la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, durante apenas 15 días, explicó Energoatom en una publicación en su canal de Telegram.
“La cuenta atrás ha comenzado”, indicó Energoatom, señalando que tenía posibilidades limitadas de “mantener la ZNPP en modo seguro”, lo que avivó el temor a un posible desastre nuclear. El ente mencionó a la central por sus siglas oficiales.
Con sus seis reactores inactivos, la central depende de la electricidad externa para enfriar su combustible gastado. Durante meses, Rusia y Ucrania han intercambiado acusaciones de bombardeos dentro y en las inmediaciones de la planta, y la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas advirtió que podrían causar una emergencia por radiación.
La planta está en la parte de la región de Zaporiyia ocupada por las fuerzas de Moscú desde los primeros días tras la invasión del 24 de febrero.
Aunque el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó un decreto por el que la planta pasaba a ser de propiedad rusa, son operarios ucranianos los que siguen encargándose de su gestión. Energoatom ha pedido insistentemente la retirada de las tropas rusas y la creación de una zona desmilitarizada en torno a las instalaciones.
¿A qué se deben los ataques a la planta de Zaporiyia?
Energoatom explicó el jueves que Rusia bombardeó durante la noche dos líneas eléctricas que conectaban la planta con la red ucraniana y dijo que se trataba de “un intento de reconectar la planta nuclear al sistema eléctrico ruso”. Según el operador, los rusos podrían intentar reparar las líneas para conectar la planta a su red y, por lo tanto, abastecer a la anexionada península de Crimea y a parte de la región ucraniana del Donbás, en el este del país, que está controlada por el Kremlin.
Frente a la planta, al otro lado del río Dnipro, los bombardeos dañaron edificios residenciales, una gasolinera y varias empresas privadas en la ciudad de Nikopol, indicó la oficina del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el jueves.
Otras ciudades del país fueron alcanzadas por la ofensiva rusa, que empleó drones, misiles y artillería pesada y dejó seis civiles muertos y otros 16 heridos, añadió. Además, en la ciudad natal del mandatario, Krivói Rog, se registraron daños en instalaciones de agua y electricidad y varios distritos se quedaron sin esos suministros, dijo el gobernador, Oleksandr Vilkul.
Más al este, en la provincia de Donetsk, continuaban los combates por las localidades de Bakhmut y Avdiivka y, según las autoridades, la población vive sin electricidad ni calefacción y sometida a constantes bombardeos.
Por otra parte, siete barcos con 290 mil toneladas de productos agrícolas a bordo partieron de puertos ucranianos rumbo a Asia y Europa, un día después de que Rusia aceptase regresar al acuerdo que permite que el grano ucraniano, entre otros productos, llegue a los mercados mundiales pese a la guerra.
En el anuncio de la reanudación del acuerdo, Putin afirmó que Moscú había recibido garantías de que Ucrania no emplearía los corredores humanitarios para atacar a su ejército y añadió que su país se reserva el derecho a volver a retirarse si Kiev incumple su palabra.
El Kremlin había suspendido su participación en el pacto durante el fin de semana alegando que drones ucranianos atacaron su flota del Mar Negro en Crimea. Ucrania no se atribuyó la autoría de ese incidente y Zelenski dijo el miércoles que el cambio de opinión de Moscú demostraba que el “chantaje ruso no conducía a nada”.