El brote de COVID que se propaga rápidamente en Beijing ha convertido a la capital china de 22 millones de habitantes en un ‘pueblo fantasma virtual’, a medida que las tiendas cierran y los restaurantes se vacían, lo que subraya el costo del cambio repentino del presidente Xi Jinping para dejar atrás la estrategia ‘Cero COVID’.
En contra de las expectativas de una transición controlada y gradual, el gobierno de Xi ahora permite que el virus se propague.
Si bien los funcionarios han abandonado los esfuerzos para rastrear los números de casos, la evidencia anecdótica sugiere que familias enteras y oficinas en Beijing se han infectado en solo unos días, un presagio potencial de cosas peores por venir en otras partes de China con sistemas de atención médica menos desarrollados.
El ‘miedo’ al virus SARS-CoV-2 ‘encierra’ a residentes
Los residentes de Beijing se están refugiando en sus casas, ya sea porque tienen miedo de contraer el virus o porque ya lo tienen. Si bien muchas tiendas de comestibles todavía están abiertas para proporcionar artículos esenciales, los servicios de entrega de alimentos y otros bienes enfrentan demoras debido a que los trabajadores están enfermos.
La reducción sugiere que es probable que la economía de China empeore antes de que los beneficios de abandonar la estrategia ‘Cero COVID’ comiencen a notarse el próximo año.
“Toda mi oficina dio positivo”, dijo un residente de Beijing, un gerente de proyecto llamado Emile, quien pidió no ser identificado por su nombre completo.
“Parece que todos en la ciudad tienen fiebre o dolor de cabeza. Beijing parece un pueblo fantasma”, añadió.
Fue precisamente esta semana cuando el COVID-19 golpeó con más fuerza al país más poblado del mundo. Desde principios de la pandemia, el ‘libro de jugadas’ del presidente Xi Jinping (que incluía confinamientos rápidos, pruebas masivas y cuarentenas estrictas) había logrado en gran medida aislar al virus SARS-CoV-2, incluso cuando las restricciones se eliminaron en gran medida en todo el mundo.
Sin embargo, luego de una gran interrupción económica y las protestas más generalizadas en décadas, China eliminó abruptamente casi la mayoría de sus restricciones pandémicas el 7 de diciembre pasado.
¿Quién vació las calles?
La congestión vehicular en Beijing, que tiene las matriculaciones de automóviles más altas de China, cayó a alrededor de un tercio de su nivel, según datos de Baidu. Las carreteras de Chongqing en el suroeste y Zhengzhou en el centro de China también se encuentran entre las más vacías de las principales ciudades, lo que sugiere la gravedad de los brotes.
El número de pasajeros del metro en la capital durante las últimas semanas también ha disminuido a un ritmo más rápido que en otras ciudades importantes, como Shanghái y Guangzhou. El número promedio diario de pasajeros esta semana está cerca de un mínimo observado en la primavera, cuando Beijing se cerró parcialmente para contener un brote.
Al principio de este brote, algunos hospitales de Beijing se llenaron de pacientes con COVID. El gobierno de la ciudad dijo que el domingo, las clínicas designadas para tratar la enfermedad tuvieron 22 mil visitas, 16 veces más que una semana antes.
A mediados de semana, esa situación se había aliviado, en gran parte porque los funcionarios abrieron más clínicas e instaron a las personas con síntomas leves a quedarse en casa. El miércoles por la noche, tres instalaciones que visitó Bloomberg News estaban tranquilas y una cuarta tenía unas 15 personas esperando para ver a un médico. Cuatro familias estaban en la sala de espera de un centro infantil.
La clínica infantil se estaba quedando sin personal porque muchos médicos y enfermeras estaban enfermos con COVID, dijo un asistente médico quien solo accedió a identificarse como Zheng debido a la delicadeza del tema. A sus 60 años, Zheng también se infectó hace una semana y desarrolló síntomas leves como dolores, dolor de garganta y pérdida de apetito. Siguió en la clínica porque faltaba ayuda.
Una paciente de unos 50 años en una clínica contó que sus familiares y muchos de sus amigos también habían dado positivo y estaban compartiendo experiencias y consejos para recuperarse de la enfermedad en llamadas telefónicas y redes sociales. Cuando la paciente, quien también pidió no ser identificada, desarrolló dificultades para respirar y no pudo obtener más medicamentos, fue al hospital.
La presión sobre los sistemas de salud fuera de las ciudades de primer nivel como Beijing puede ser mucho peor. Las provincias más pobres y las áreas rurales han recibido una serie de directivas de las autoridades centrales de salud para prepararse para la propagación desenfrenada del virus SARS-CoV-2, y parece que ya se están preparando para ‘el golpe’: la provincia de Henan, en el centro de China, informó este viernes que cancelará todas las vacaciones para aquellos que trabajan en el sistema de atención médica hasta finales de marzo.