El brote de COVID que está afectando a China está siendo causado por cepas del virus SARS-CoV-2 que ya han dado la vuelta al mundo, y aún no hay señales de que hayan surgido nuevas mutaciones significativas, según funcionarios de un consorcio global que está rastreando la pandemia.
Las autoridades chinas enviaron 25 nuevas muestras genéticas de Beijing, Mongolia Interior y Guangzhou tomadas el mes pasado al GISAID, una base de datos donde científicos de todo el mundo comparten secuencias de coronavirus como una forma de monitorear mutaciones.
Pequeños cambios, que ocurren naturalmente a medida que el virus pasa de una persona a otra, han permitido a los científicos rastrear cómo se ha movido el patógeno en China y brindar tranquilidad sobre su dirección hasta el momento.
“No hay evidencia en este momento que sugiera que haya una nueva variante de alguna importancia”, declaró Peter Bogner, director ejecutivo de GISAID, en una entrevista telefónica.
Los detalles recopilados de las muestras genéticas son como una ‘fotografía instantánea’ de la situación actual en China, ejemplificó Sebastian Maurer-Stroh, científico en jefe del centro de ciencia de datos global de GISAID en Singapur.
China no ha estado creando su propia variante independiente, sino que están circulando cepas importadas, subrayó.
Preocupaciones por la aparición de una ‘supervariante’ de COVID
Algunas autoridades sanitarias y gobiernos mundiales han expresado su preocupación de que el brote en China, que puede estar experimentando hasta 37 millones de nuevas infecciones por día, podría estimular el desarrollo de nuevas variantes peligrosas que terminarían por extenderse por todo el mundo.
No está claro cómo actuará el virus SARS-CoV-2 a continuación en China, dado que la permanencia por año de la estrategia ‘Cero COVID’ y la dependencia de vacunas inactivadas han creado un panorama de inmunidad muy diferente.
Las muestras enviadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de China se parecen mucho a las cepas existentes que se encuentran entre los 14.4 millones de genomas de COVID de GISAID, dijeron los funcionarios. Los genomas relacionados más cercanos, a las subvariantes de ómicron conocidas como BF.7 y BA.5.2, se recolectaron en EU y Rusia este verano.