Estados Unidos derribó el sábado un presunto globo espía chino frente a la costa de Carolina del Norte después de que atravesara instalaciones militares norteamericanas delicadas y se convirtiera en el más reciente foco de tensión entre Washington y Beijing.
Primeros reportes señalan que ahora se está llevando a cabo una operación en aguas territoriales de Estados Unidos, en el océano Atlántico, para recuperar los escombros del globo, que volaba a una altitud de unos 18.300 metros (60 mil pies) y se estimaba que tenía el tamaño de tres autobuses escolares.
Antes del derribo, el presidente Joe Biden dijo el sábado: “Nos encargaremos de eso”, cuando los periodistas le preguntaron sobre el globo espía. La Administración Federal de Aviación y la Guardia Costera se coordinaron para despejar el espacio aéreo de la zona y las aguas debajo.
Imágenes de televisión mostraron una pequeña explosión, seguida del descenso del globo hacia el agua.
Inicialmente, Biden se negó a derribarlo siguiendo el consejo de expertos en defensa preocupados por las lesiones que sus restos pudiesen causar a la gente en tierra.
Por otra parte, China restó importancia a la cancelación de un viaje del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, luego de que el avistamiento del globo enturbió las relaciones diplomáticas. Según Beijing, ninguna de las dos partes había anunciado formalmente un plan para la visita.
“En realidad, Estados Unidos y China nunca habían anunciado ninguna visita. Que Estados Unidos haga tal anuncio es asunto suyo, y nosotros lo respetamos”, señaló el Ministerio de Exteriores chino en un comunicado el sábado.
Blinken tenía previsto visitar Beijing el domingo para unas conversaciones encaminadas a suavizar las tensiones entre las dos naciones. Sería el primer encuentro de alto perfil desde la reunión que mantuvieron los presidentes en Indonesia en noviembre. Pero Washington canceló abruptamente los planes tras descubrir el globo, a pesar de que China alegó que era un “dirigible” de investigación meteorológica que se desvió de su curso.
El Pentágono rechazó esa afirmación, así como la de que no se utilizaba para tareas de vigilancia y tenía capacidades de navegación limitadas.
Las reacciones no censuradas en internet reflejaban la postura oficial del gobierno de que Washington exageraba la situación.
Muchos usuarios hicieron bromas acerca del globo. Algunos dijeron que, dado que Estados Unidos restringió la tecnología que Beijing puede adquirir para debilitar la industria tecnológica nacional, ahora no podían controlar el globo.
Otros aprovecharon para burlarse de las defensas estadounidenses diciendo que no podían siquiera hacer frente a un globo, e influencers nacionalistas se apresuraron a utilizar la noticia para mofarse del país rival. Uno de ellos escribió con ironía que “Estados Unidos, por el incidente del globo, retrasa la visita de Blinken a China”.
El artefacto fue avistado días atrás sobre Montana, donde está uno de los tres silos de misiles nucleares del país, en la base aérea de Malmstrom, según funcionarios de Defensa.
Posteriormente, personas con prismáticos y teleobjetivos intentaban dar con el “globo espía” en el cielo mientras se dirigía hacia el sureste sobre Kansas y Missouri a 18.300 metros (60 mil pies) de altura.
El Pentágono reconoció también los reportes acerca de un segundo globo que estaría sobrevolando Latinoamérica. “Ahora consideramos que se trata de otro globo de vigilancia chino”, afirmó el general de brigada Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono, en un comunicado.
El ministerio de Exteriores chino no respondió de inmediato a una pregunta sobre el segundo artefacto.