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El rey Carlos III -monarca de Reino Unido y soberano de los otros 14 reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones- es la persona de mayor edad en acceder al trono británico.
Carlos Felipe Arturo Jorge fue proclamado rey a sus 74 años durante una ceremonia protocolaria en septiembre de 2022, en la que prometió que seguiría los pasos de su madre, la reina Isabel II. En dicho evento, el nuevo monarca fue fotografiado con los dedos hinchados y rojos, lo que despertó un gran interés por su estado de salud.
El rey Carlos II ha sufrido de enfermedades toda su vida. Desde comportamientos incontrolables y compulsivos, hasta dolores crónicos en el cuerpo que fueron revelados por el príncipe Harry.
Algunos de los comportamientos compulsivos del rey británico fueron revelados por Paul Burrell, el antiguo mayordomo de la princesa Diana en un documental llamado Serving the Royals: Inside the Firm.
Burrel afirma que Carlos III exige que sus pijamas sean lavadas cada mañana, una cantidad específica de pasta de dientes y a la hora del baño el agua perfectamente tibia.
Otra de las enfermedades del monarca es la dactilitis, lo que provoca sus famosos ‘dedos de salchicha’, una enfermedad poco común que es una complicación de la tuberculosis.
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Carlos III también padeció COVID en dos ocasiones, aunque en ambas ocasiones solo reportó síntomas leves.
Finalmente, el hijo de la legendaria reina Isabel también sufre de dolores crónicos, producto de una lesión que sufrió a sus 42 años mientras practicaba Polo, uno de sus deportes favoritos.
En dicha ocasión, el entonces príncipe Carlos se fracturó el brazo derecho.
Años después, volvió a caer de un caballo en un juego de Polo, fracturándose las costillas y los cartílagos de una de sus rodillas.
La infancia de Carlos III
Carlos III pasó una infancia marcada por su timidez y por la frialdad de las relaciones en palacio, con un padre estricto y una madre distante.
A los nueve años se convirtió en el primer heredero al trono que acudía al colegio, en lugar de ser educado por tutores privados en Buckingham, y pasó una traumática temporada en el internado escocés de Gordonstoun, donde según algunos biógrafos sufrió acoso por parte de sus compañeros.
Con estancias estudiantiles en Melbourne (Australia) o Gales, Carlos ingresó en la Universidad de Cambridge para estudiar Arqueología y Antropología, tras lo cual inició su entrenamiento como piloto de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) y también sirvió en la Marina (Royal Navy).